F I T O T E R A P I A   P A R A   C A D A  D O L E N C I A
Espondilitis anquisolante

 

La medicina clásica define a la espondilitis anquilosante (EA) como una forma crónica progresiva de artritis que se distingue por inflamación y anquilosis eventual de cierto número de articulaciones, primariamente de la columna vertebral y de las estructuras paravertebrales. Son características la calcificación y la osificación del anillo fibroso de los discos intervertebrales y del tejido conectivo adyacente. En los casos plenamente desarrollados, suelen estar afectados las articulaciones sacroilíacas y apofisarias vertebrales y los tejidos blandos paravertebrales. Se ha sugerido una causa genética. Puede progresar a la forma crónica con incapacidad grave.

Si se analiza bien esta definición, se llega a la conclusión que el desconocimiento sobre el tema es notable.

La terapéutica medicamentosa que ofrece la medicina clásica se basa en: antiinflamatorios tipo indometacina, fenilbutazona u otros y corticoides. 

Ninguno de estos medicamentos es curativo, todos son tóxicos, algunos tremendamente nocivos. Es común el compromiso digestivo y renal con el uso de estos fármacos.

La medicina de biorregulación considera que la EA pone en evidencia una disfunción o pérdida de capacidad reguladora del sistema nervioso simpático. Es decir que la enfermedad es un trastorno de regulación.

El sistema nervioso permite que la persona transcurra su vida dentro de un equilibrio, en estado de salud. Ese equilibrio saludable es mantenido principalmente mediante información transportada por el sistema nervioso vegetativo. El equilibrio puede alterarse cuando el sistema es sometido a agresiones suficientemente intensas como traumatismos, fracturas, cirugías, estrés, procesos inflamatorios (amigdalitis, hepatitis, neumonía,  etc). El sistema nervioso tiene gran capacidad de memoria para este tipo de agresiones y esos estímulos nocivos pueden seguir minando al sistema aún curados y durante toda la vida. Esas agresiones pasan a constituir campos de interferencia que actuando sobre una base genética o sobre un área previamente lesionada o sensibilizada pueden dar como resultado final una manifestación crónica como la EA.  Focos irritativos en cualquier lugar del cuerpo (cicatrices, procesos inflamatorios antiguos, muelas) pueden predisponer al desarrollo de trastornos a distancia al alterar el equilibrio natural y modificar el flujo de información necesario para mantener el estado de salud.

El desconocimiento sigue también siendo grande. Sin embargo, los éxitos terapéuticos apoyan más este punto de vista.

La medicina de biorregulación emplea como base de tratamiento procaína o lidocaína en muy bajas concentraciones y en dosis también muy bajas, es decir como agente regulador, no como anestésico. La toxicidad es prácticamente nula.  (Dr. Pablo Rubén Koval Médico Especialista)

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