Cuando adquirimos un producto alimenticio envasado, por lo general se nos informa en su etiqueta de sus ingredientes, colorantes y aditivos e incluso cómo ha sido elaborado en algunos casos y por supuesto en que país o ciudad con su fecha de caducidad correspondiente. Sin embargo cuando acudimos a un mercado o verdulería no sabemos a ciencia cierta ni de dónde procede, ni dónde se ha cultivado ni mucho menos en qué condiciones y qué tipo de herbicidas, plaguicidas y demás productos químicos se le ha aplicado a dicho cultivo, por no hablar ya si dicho vegetal, hortaliza o fruta ha sido manipulado genéticamente.

Los mercados ambulantes en su mayoría, no son más que comerciantes que compran en grandes centros de distribución, como por ejemplo en Barcelona en Mercabarna, y por supuesto ellos buscan el mejor precio, y por lo tanto la idea de que estamos comprando de mejor calidad es errónea completamente. Desde hace varios años que el control mundial de la alimentación se está imponiendo a escalas gigantescas. Y a eso hay que añadir que los grandes laboratorios farmacéuticos no sólo elaboran productos químicos para el mundo de la salud sino que también producen grandes cantidades de herbicidas, plaguicidas, abonos químicos, etc. Pongamos un ejemplo muy claro de la gran manipulación a la que estamos sometidos en el mundo de la alimentación: usted acude a un mercado y compra una caja de fresas grandes y relucientes a buen precio. ¿Tiene usted idea de cómo son tratadas estas fresas para darles ese aspecto? ¿Ha cultivado usted alguna vez fresas de forma biológica? Por supuesto que no son del aspecto que ofrecen en los mercados pero sí son mucho más sabrosas y claro la decepción de muchas personas es cuando comprueban que su sabor no es lo que esperaban. Un agricultor ya retirado me comentaba la gran cantidad de nitratos, plaguicidas y productos químicos que se utilizan en estos cultivos de invernadero con el fin de obtener este tipo de fresas.

Las grandes multinacionales luchan por el control absoluto de la alimentación. La filosofía es muy simple: producir en el menor tiempo posible productos cuyo aspecto visual es impecable pero dejando mucho que desear en el sabor y la calidad. Otro ejemplo claro lo tenemos en las frutas. Compramos melocotones y otras frutas y notamos que apenas tienen sabor y nos acordamos a veces algunos de aquellas frutas que consumíamos directamente del árbol jugosas y dulces. Las frutas son recolectadas aún verdes porque antes de llegar a usted tienen que pasar por cámaras, centros de distribución, intermediarios, etc.

Nunca se dará usted cuenta de la gran manipulación que estamos sufriendo en la alimentación hasta que tenga el privilegio de cultivar de forma sana y natural sus propias hortalizas, verduras y frutas.

¿Cuándo fue la última vez que se comió un tomate de la mata como si fuese una fruta?

Lo más grave de todo esto es el vacío legal existente en muchos países, ya que muchos gobiernos permiten este "lento envenenamiento" de los consumidores. Cuando se intentó en Europa que algunos productos como la soja o el maíz, que procedieran del tipo transgénico, se hiciese constar en las etiquetas, no hubo acuerdo y muchos gobiernos se opusieron dando libertad a los fabricantes a ponerlo o no en las etiquetas. Resultado: usted no tiene derecho a saber si cuando adquiere un producto ha sido elaborado con semillas transgénicas.

¿Cuántas enfermedades a largo plazo se están ocultando como consecuencia de la alimentación moderna? Ya lo decía Hipócrates: "Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento"

¿Ha elaborado usted alguna vez el pan integral? Yo lo hago desde hace tiempo, especialmente desde que la mayoría de las panaderías me servían un pan blanco nefasto que al día siguiente estaba como una piedra o el engañoso pan integral inflado que no era más que harina blanca con salvado. Después de consumir mi propio pan integral, de consistencia compacta y que me dura hasta 7 días sin enmohecer ni pasarse me pregunto: ¿Qué es lo que le ponen los panaderos al pan para que se infle tanto, pese poco, aparente más volumen y se ponga duro al día siguiente? Lo peor de todo que la humanidad se está adaptando a este tipo de alimentación como si nada. El organismo se va adaptando a todo, al mal aire que respiramos, a la alimentación adulterada y refinada, al estrés, a dormir menos horas.... y luego todo eso no podemos repararlo con medicamentos y tratamientos quirúrgicos cuando ya es tarde, ni con comprimidos milagrosos. El hombre debe entender que cuando ha castigado tantos años seguidos a su organismo, a su templo, tiene que pagar tarde o temprano un alto precio en su salud y muchas veces desgraciadamente ocurre que ni la medicina alopática ni la natural pueden hacer nada por restablecerla.

No me apetece para nada seguir esta modernización. Mi salud está en juego. A veces pienso si no seremos unos bichos raros los que pensamos así. No he visto personas más sanas que las que se alimentan de sus propias cosechas y no toman medicamentos. Por supuesto que no todos tenemos ese privilegio ni la posibilidad de cultivar pero sí que podemos ser más exigentes con los productos que adquirimos. Ya sé que son declaraciones polémicas, pero es la realidad que vivo y no puedo callarme en esta vida muchas injusticias, personas a las que se le ha diagnosticado SIDA y que no han aceptado tratamientos con AZT ni quimioterapia y viven saludablemente, enfermos que han abandonado los habituales y numerosos medicamentos y que han recuperado su salud. Seamos claros señores: vivimos en un mundo en el que la salud se ha convertido en un gran negocio para muchos hasta el punto de que por ejemplo en España se están vendiendo medicamentos controvertidos y prohibidos en otros países europeos, productos químicos para la agricultura venenosos que causan muchos muertos y de los cuales no se habla. Gobiernos, instituciones y ricos de este mundo se encargan de controlar los poderes de este mundo para callar a quien pretenda desvelar sus mentiras. Mentiras como que el SIDA es causado por un virus inexistente, mentiras como la necesidad de tomar medicamentos en todo momento ante cualquier síntoma, mentiras como que hay que trabajar toda la vida para tener una buena jubilación, mentiras, en este mundo reina la mentira, sólo hay que apretar un botón y ver la televisión...

Yo soy de los que piensan que efectivamente existen otros universos y dentro de ellos otros mundos mucho más evolucionados. Quizás nos veamos en alguno de ellos los "bichos raros" que pensamos diferente a como piensa y obra este sistema.

J. Sisa para EcoAldea