La citología es el estudio de las células (kytos = «célula»). El microscopio, cuyo principio era conocido a finales del siglo XVI, pasó a ser de uso relativamente corriente en Ios medios científicos a partir de 1620-1630. Se trataba todavía de un aparato muy rudimentario, de poco aumento. Sin embargo, con mucha paciencia e ingenio, los científicos de esa época lograron resultados notables. Robert Hooke, astrónomo y matemático inglés, nacido en 1635 en la isla de Wight y muerto en Londres en 1703, era profesor de geometría en Gresham College y estableció un método de observación microscópica que describió así: "Cuando da el sol, pongo entre el objeto y la luz un pedazo de papel
aceitado (para difundir Ia luz recibida y obtener una iluminación
perfectamente regular del objeto, sin esto, sólo ciertas partes
del objeto serían visibles y deslumbrantes, Ias otras permanecerían
en la sombra), después, por medio de una lupa buena y fuerte, concentro
y dirijo los rayos sobre el papel. Una gran cantidad de luz lo atraviesa
e ilumina el objeto... También puede
Cuando no hacía sol, o bien cuando trabajaba de noche, Hooke había fabricado un dispositivo ingenioso: tres brazos horizontales que sostenían, respectivamente, una lámpara de aceite (fuente de luz), un globo de cristal lleno de agua (para difundir la luz) y una lupa montada sobre una articulación (para concentrar la luz en el objeto a estudiar). En 1667, el científico británico examina una fina laminilla
cortada con navaja de un trozo de corcho y observa «que estaba perforada
y era porosa como un panal de miel» (ibid, p. 112). Estas perforaciones
parecían ser pequeñas celdillas alargadas, puestas una al
lado de otra y a las que Hooke dio el nombre de células. Hooke contó
que había 60, puestas una detrás de otra, en una longitud
de un dieciochavo de pulgada (o sea un poco más de 1,4 mm) y, para
Después de él, los científicos -botánicos
y zoólogos- como Malpighi, Grew, y otros, observaron la presencia
de estas células en todos los fragmentos de vegetales o de animales
que estudiaban. Sin embargo -por lo menos al principio- sólo veían
las paredes de la célula e ignoraban la naturaleza de su contenido,
al que el fisiólogo checo Purkinje, en 1839, dio el nombre muy vago
de protoplasma. Dos años después, el francés Dujardin
(1801-1860)
Que todo fragmento de animal o de vegetal presenta una estructura
celular.
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