T U   R I N C Ó N   A L T E R N A T I V O   E N   I N T E R N E T

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R O S A   C A N I N A  (Rosa canina L.)
    Nombres:
    • Latín: Rosa canina L.
    • Castellano: rosal montés, rosal campesino o rosal bravo, rosal perruno, rosal de culebra, rosal del diablo, rosal de escaramojos (según Laguna) o, simplemente, escaramojo, escarambrojo, calambrujo, escambrujera, escambrujo, escaramujo, escarbaculo, tapaculo (generalmente, la fruta), zarraculos (cierraculos?) carmín, monjolinos (según Lázaro Ibiza), gabarda, galabardera, garrabera, gavanzo, rosal garbancero, zarza garbancera, agavanzo, zarzarrosa, zarzaperruna, espino vero, picacostillas, picaespalda, alcaracache.
    • Portugués y gallego: rosa-de-cao, silva-macha, silvao, roseira; silvo macho, agavanzo, gabanceira, peros de can (el fruto?).
    • Catalán: roser salvatge, roser boscà, roser de marges, roser de pastor, roser bord, escanyavelles, despullabelitres, gavarrera, gavarnera, gardanes, gratacul, tapacul.
    • Vasco: astoarrosa, astolarrosa ("rosa de borricos o rosa silvestre), larrarrosa, arrosatze, sasi arrosa, itxularrosa (rosa de ciegos), otsalarr, otsolarr, otsolaparr, otsolaharr, otxolaharr, otsonaharr (zarza de lobos), sapalarr (zarza de sapo), saparr larr, alkata atza, en Aralarr, alkarakats, arkakarats, arkakaratxa, andarrai, y el fruto, ipurrditapatzeko, basalarrosa, basaarrosa, baso arrosatze, y la flor es arrosa lili.
    • Italiano: rosa canina.
    • Francés: rosier des chiens, églantier.
    • Inglés: dog rose, wild dog rose, bird briar, hip tree
    • Alemán: hundsrose, hagerose.
    • Holandés: hondroos, roze eglantier


    Descripción:

    El rosal silvestre es un arbusto sarmentoso de 1 a 3 m. de altura, con los tallos armados de aguijones corvos y reflexos, punzantes.

    Las hojas están sostenidas por un rabillo al cual quedan adheridas dos estípulas, una a cada lado; se componen de dos o tres pares de hojuelas, más una, impar, en el extremo, de figura aovada o elíptica, dentadas o aserradas en los bordes.

    Las flores, sostenidas por sendos cabillos, forman a modo de una urna, en cuyo borde superior nacen los cinco sépalos, que son desiguales, porque unos tienen barbas o lacinias, y otros, no, reflexos después de marchita la flor.

    La corola se compone de cinco pétalos anchos y escotados en su extremo, del color que llamamos precisamente, de rosa, intenso o casi blanco, si no blanco del todo, según las plantas. La urna que trae el cáliz persiste largo tiempo, se agranda, se vuelve carnosa y, al paso que cambia de color y se enrojece, madura dentro de sí los fructículos del rosal, que son duros como huesecitos.

    La urna madura tiene figura elipsoide o es algo redondeada o a manera de peonza, según las variedades de esta especie, y se llama escaramujo o tapaculo. Como dicen los franceses: Il n'est si belle rose qui ne devienne gratte-cul, que podría traducirse así: No hay rosa que no acabe en tapaculo. Aunque ya tiene Castilla su equivalente castizo: De un capullo se espera una rosa; de una rosa, maldita la cosa.

    Esta fruta roja de toda casta de rosales tiene la superficie interna tapizada de pelitos rubios, rígidos y quebradizos, la picapica, los cuales, cuando se introducen al descuido entre la camisa y la piel de cualquier rapazuelo, producen endiablada comezón. La misma, según cuentan, que se siente en torno al orificio anal cuando, habiendo comido escaramujos, los propios pelitos, después de salvar incólumes todos los peligros de las vías digestivas, se despiden así de su huésped.

    El nombre de gratte-cul de los franceses, lo mismo que el de gratacul, de los catalanes, y el de escarbaculo, recogido por Loscos y Pardo en Aragón, deben de aludir a la indicada facultad de la picapica.

    Hemos dado una descripción sucinta del rosal silvestre, que cuadra a cualquiera de las innumerables estirpes que pueblan la Península y gran parte de Europa, porque nada hay tan variable como estos rosales bravíos, de flores sencillas, que se dan sin cultivo en el monte.

    A veces, sobre las ramas de este rosal se forman unas masas redondeadas, esponjosas, como una pelota de musgo, de color verdeamarillento o rojizas, que son producidas por la picadura de un insecto. Cortándolas, en su parte central se observa un núcleo relativamente pequeño, duro, dentro del cual se desarrollan las larvas del insecto, llamado Rhodites rosae y la masa redondeada, en conjunto, es el bedegar

    Florece en mayo, si no antes en los tempranales, y todavía en julio pueden verse rosales floridos en las montañas.

    Se cría en los setos y ribazos, así como en las laderas con poco o ningún arbolado, de tierra baja y de las montañas poco elevadas de todo el país.

    Del rosal silvestre se utilizan las raíces, las hojas, los pétalos, las frutas o escaramujos, los fructículos internos, con su semilla, y los bedegares.

    Las raíces es mejor arrancarlas en el mes de marzo o abril cuando la planta despierta de su letargo invernal; las hojas, en mayo, cuando se han desarrollado por completo; los pétalos, así que encapulla la planta, antes de abrirse la flor; los escaramujos a fines de verano o durante la otoñada, cuando alcanzan un grado perfecto de madurez, todavía con la carne dura, ya bien rojos; los fructículos de su interior, cuando el escaramujo está hecho o pasado; y los bedegares, antes de secarse, cuando están tiernos y jugosos. 

    Composición

    La raíz del rosal silvestre contiene ácido tánico, como las hojas, y éstas, además, pectina.

    Los pétalos, con algo de tanino, diversos ácidos orgánicos (ácido cítrico, ácido málico), materias gomosas, y pequenísimas cantidades de esencia.

    La fruta o el escaramujo, una materia colorante anaranjada, la carotina, de 11,6 a 15,6 % de azúcares, de 3 a 3,6 % de ácidos orgánicos valorados como ácido málico, etc., y, en los escaramujos desecados, de 0,5 a 15,6 % de vitamina C o ácido ascórbico.

    Los fructículos o cuesquecitos del escaramujo contienen pequeñas cantidades de vanilina, de lecitina, de azúcar invertido, 8,8 % de un aceite graso, cantidades imponderables de ácido málico, ácido tártrico y ácido succínico, 1 % de flobafeno, etc.

    En las semillas de la Rosa multiflora, Kondo, Iwamoto y Cuchiha (1929) hallaron de 0,3 a 0,6 % de un glucósido, la multiflorina, de propiedades purgantes. Hacemos mención de su existencia en esta especie de rosa para relacionarla con el otro glucósido hallado en los fructículos de la Rosa canina por Garello Cantoni diez años después.

    Según el Dr. Josep Lluis Berdonces en su obra Gran enciclopedia de las plantas medicinales, la rosa canina contiene dentro de las vitaminas:

    • Entre 500 y 1.700 mg por cada 1000 gramos de vitamina C en los frutos
    • 140 microgramos cada 100 gramos de vitamina B1
    • 7 microgramos cada 100 gramos de vitamina B2
    • Además de vitamina K y P
    • También destacan los hidratos de carbono (30%),  pectina (11%), taninos (3%), ácidos málico y cítrico (3%), aceites (2%), y pigmentos (carotenos)

    VIRTUDES

    En otros tiempos, el rosal silvestre gozó de gran aprecio por las múltiples facultades curativas que le fueron atribuidas, principalmente durante el Renacimiento. Por razón de su contenido en tanino, la más general es la astringente.

    Si el nombre de tapaculo alude, como se dice, a las virtudes antidiarreicas del escaramujo o es mera corrupción de escarbaculo, con reminiscencias catalanas y francesas, no podemos dilucidarlo.

    El agua de rosas, considerada como oftálmica, la pomada de rosas, el jarabe de que nos habla Andrés de Laguna, el rodomiel o miel rosada, se obtienen o preparan con los pétalos de rosas dobles, muy perfumadas y cultivadas en jardinería.

    Aunque para obtener el agua de rosas también han sido utilizados los pétalos del rosal silvestre, el mérito principal de este arbusto radica en el escaramujo, de gran valor antiscorbútico por su extraordinaria riqueza en vitamina C. Se le atribuyen también facultades diuréticas, sin temor, se dice, a que su uso prolongado dañe jamás a los riñones. Y es creencia popular que comiendo cantidad suficiente de escaramujos enteros, con sus granos y sus pelitos se arroja de sí la lombriz solitaria; algunos atribuyen su efecto a la picapica, que la tenia no podría resistir.

    En cuanto a sus granos, los fructículos de dureza pétrea que guarda en su seno el escaramujo, han sido utilizados para combatir el mal de piedra, quizá por simple sugestión, que atribuiríamos a la forma y consistencia de aquéllos. En cambio, recientes investigaciones de Garello Cantoni (1939) demostraron que ejerce una influencia tóxica sobre la medula oblonga o bulbo raquídeo, y, en general sobre el sistema nervioso; influye también sobre el corazón, que, a dosis excesivas, puede pararse en diástole. Por consiguiente, obrará con prudencia todo aquel que, sin consejo médico, utilice los fructículos del escaramujo, sobre todo pulverizados.

    Sin embargo, tomando de Kroeber la noticia, el cocimiento de tales granos previamente pulverizados, que huelen a vainilla, es empleado en muchas localidades alemanas en lugar del té negro y se tiene por febrífugo.

    Según Leclerc, el bedegar puede considerarse tónico y antisudorífico, sobre todo tratándose de tuberculosos y nefríticos.

    Se usa, la raíz, en cocimiento, a la proporción de 3 onzas por 1,5 l. de agua, hasta que mengüe a 1 l. Lo mismo, o algo más cargado se prepara el cocimiento de las hojas. Ambos sirven para cortar la diarrea, bebidos a tazas cuantas se quieran. Nada diremos de los pétalos de este rosal silvestre, porque el lector podrá utilizar con ventaja los de la rosa castellana o de la rosa de cien hojas.

    Los escaramujos mejor es comerlos frescos, como una fruta cualquiera, porque no saben desagradablemente cuando están en sazón; se parten a lo largo, se quitan los huesecitos y los pelos, y se lavan en agua corriente. En este caso la vitamina se aprovecha en su totalidad.

    Con los escaramujos bien limpios de pelos y granos, machacados hasta reducirlos a pulpa, y añadiéndoles por lo menos su propio peso de azúcar, se prepara, en frío, una mermelada de rosas, que contiene también la totalidad de la vitamina.

    Cuando en lugar de tomar la fruta fresca o la mermelada se prepara con ella un cocimiento, parte de dicha vitamina C se destruye por el calor. Además, el contenido en vitamina varía según las razas del rosal silvestre, la localidad en que se ha criado, el tempero del año, el grado de maduración, etc., antes o después de su perfecto grado de sazón los escaramujos no han alcanzado el máximo vitamínico o van perdiéndolo con mayor o menor rapidez.

    Si el cocimiento hierve largo rato, por ejemplo, hasta reducirse a una tercera parte o a la mitad la cantidad de agua puesta a hervir, la vitamina se pierde por completo o en gran parte; pero, en este caso, aprovecha como diurético y astringente.

    Para las personas de edad, Fournier ("Plantes Médicinales", III pág. 356) recomienda la preparación del siguiente licor de rosas. Se toma 1 l. de escaramujos, 3 l. de espíritu de vino y 0,5 kg. de azúcar cande, y, todo junto, se pone en una garrafa; se tiene en maceración, prolongada de quince días a un mes en un lugar caliente (entiéndase templado o no demasiado frío), y pasados aquellos días se filtra. Este aguardiente se mezcla con la cantidad de agua que cada uno prefiera. Dícese que es un licor fortificante.

    El bedegar se toma en infusión, como tónico y diurético, empleando un par de onzas por cada litro de agua. 


    UN POCO DE HISTORIA

    El nombre de Rosa canina que los botánicos dan a este rosal silvestre viene a ser la traducción latina del vocablo griego kynorhodon, en castellano cinorrodon, con que estas rosas eran conocidas en la Antigüedad el cual significa "rosa de perro".

    La forma de los aguijones de que está armado este rosal, que recuerda la de los colmillos de los canes, habría dado motivo al empleo de este nombre, más bien que una idea puramente despectiva, en comparación con los rosales nobles de los jardines como supone Sallent ("Flora de Catalunya", II, pág. 301).

    El siguiente pasaje, que es comentario de Laguna a la zarza perruna de Dioscórides, vendría a confirmar nuestro aserto, toda vez que este signo dentario canino motivaría el uso de la planta contra la rabia; lo mismo que el empleo de los bebegares contra la alopecia obedece a la misma teoría de las señales, por la abundante "mata de pelo" que llegan a formar.

    El pasaje de Laguna dice así: La zarza perruna, si bien consideramos su descripción, es aquella que produce el escaramojo. La cual, Plinio, en el 2 capítulo del 23 libro parece que quiere llamar cynorrhodon, que es rosa canina o salvaje. Porque dice que la ceniza de aquellas esponjuelas que nacen entre las espinas del cynorrhodon, mezclada con miel es remedio contra la palarela (léase pelarela), y como las tales espongias en ninguna otra planta se hallen sino en la zarza perruna, de la cual nacen los dichos escaramojos, parece que la confunde en la rosa silvestre.

    Refiere Plinio, en el mesmo lugar, que habiendo cierta mujer española soñado que enviaba la raíz de la rosa salvage a su hijo, para que la bebiese, le escribió que obedeciese a la divina revelación; de suerte que le llegó la carta en sazón y tiempo que le había mordido un perro rabioso, y ansí se salvó, sin jamás haberlo esperado, con aquel saludable remedio, el cual, de allí adelante, fue de todos solennizado. Por donde, si aquesto es verdad, no son del todo vanos los sueños.

    Como alimenticios, los escaramujos fueron empleados por el hombre desde época remotísima: restos de ellos se han encontrado en las viviendas lacustres prehistóricas.



    LAROSA CANINA O ESCARAMUJO EN MI VIAJE ETNOBOTÁNICO DEL 98

  • La rosa canina recibe otros nombres tales como Rosal silvestre, escaramujo, tapaculo, rosal montés, monjolinos, galabardera, zarzarrosa, zarza peruana. En Cataluña es típico llamarla roser salvatge (rosa salvage), gratacul, gavarrea, roser boscà, roser bord (rosa borde), ecanyavelles, despullabelitres. Los vascos la denominan astoarrosa, larrarosa, sasi arrosa, otsalarr y arkarkaratxa. Los gallegos y portugueses la llaman rosa de çaô, silca macha, roseira y agavanzo.
  • Se cree que esta planta es originaria de las zonas montañosas de Europa. Personalmente durante el viaje la he ido encontrando en el sur de Teruel, en las montañas de Castellón, Tarragona y sobre todo en los Pirineos hasta altitudes de 1.500 mts. A esta planta nuestro buen amigo Dioscórides la llamó "Zarza perruana" y cuenta que su fruto cocido en vino y luego bebido restriñe el vientre.
  • Observo sus flores de color rosáceo abiertas al sol, ya que durante la noche se cierran, y cuento en todas ellas la misma cantidad de pétalos: cinco. El arbusto que tengo ante mí mide unos tres metros de altura. Sus ramas son espinosas y las hojas son compuestas y dentadas.
  • En cuanto a sus componentes principales el Dr. Josep Lluís Berdonces cita en su libro "Gran enciclopedia de las plantas medicinales." las siguientes vitaminas todas ellas en sus frutos: entre 500 y 1.700 mg/100g de vitamina C. 140 microgramos cada 100 g de vitamina B. 7 microgramos/100g de la B2, además de vitamina K y vitamina P (rutina) todas ellas contenidas en sus frutos. En cuanto a hidratos de carbono un 30%. Además encontramos un 3% de taninos, un 3% de ácidos málico y cítrico y un 2% de aceites. En los pigmentos destacan los carotenos con 6 mg/100g y los flavonoides.
  • La preciosa rosa canina que observamos está acompañada a su alrededor de abundantes ortigas las cuales me producen algunos picores en las piernas facilitando la circulación sanguínea. Pero entremos en sus virtudes medicinales y veamos de que manera podemos utilizarla  con fines terapéuticos.
  • Primeramente es importante señalar que la parte de la planta que utilizaremos serán sus frutos o escaramujos casi maduros ya que en ellos como hemos visto, se hallan los componentes principales tales como las vitaminas, hidratos de carbono, aceites esenciales, taninos, pigmentos, etc.... Quizás la propiedad más característica de la rosa canina sea su acción astringente, por la cual cosa es muy recomendable en los tratamientos contra la diarrea. Pero yo personalmente la utilizo junto con otras plantas en preparados para la convalecencia en los que existen fiebres o durante los embarazos y lactancias debido a su alto contenido vitamínico.
  • La recomiendo en la innapetencia sobre todo en los niños con falta de apetito, ya que da  un sabor agradable en las infusiones, facilitando la digestión.
  • El Dr. Josep Lluis Berdonces hace alusión al extracto hidroalcohólico con propiedades hipoglucemiantes, recomendándola como antidiabética.
  • Una de las formas más tradicionales de utilizar el escaramujo es en forma de mermelada. Para ello se mezcla la pulpa sin semillas con igual cantidad de azúcar preferiblemente azúcar moreno o fructosa.  Su sabor es muy agradable y posee muchas propiedades medicinales.
  • Otra forma de beneficiarnos de la rosa canina es en forma de decocción  a razón de 30 g. de flores por cada litro de agua durante 10 minutos y a fuego lento. La vitamina C alcanza los mayores niveles y queda desprendida. Las tinturas madres se administran a razón de 12 gotas tres veces al día.

  • Estudio realizado por
    Joan Sisa
    Fitoterapia y Natura

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