El Compost y los abonos orgánicos
El compost es un proceso biológico controlado que asegura la fermentación y descomposición en presencia de aire de residuos orgánicos, obteniendo un producto final más o menos estable, higiénico, de aspecto parecido a la tierra y rico en compuestos húmedos y nutrientes minerales.
EL COMPOSTLa palabra compost es un término de origen anglosajón. Trata ni más ni menos, que de la descomposición de materia orgánica en un equilibrio adecuado. Para ello será preciso tener en cuenta dos puntos fundamentales: 1. La cantidad de nitrógeno y celulosa (carbono) que contiene la materia orgánica. 2. La humedad de la materia orgánica y del montón en su conjunto. Un compost con exceso de humedad que retenga el agua, o bien un exceso de materia orgánica con mucha humedad, como puede ser el césped recién cortado, o restos de cosechas que no se han dejado marchitar con anterioridad, terminarán pudriéndose, y en consecuencia, dando lugar a fermentaciones anaerobias que resultarán negativas para las raíces de las plantas que pretendamos tratar con este compost. Igualmente perjudicial resultará la falta de humedad del compost, o un exceso de materiales secos tales como hojas secas, paja..., puesto que impedirá la adecuada proliferación de bacterias y microorganismos de vital importancia para la fermentación y descomposición del montón. Para la elaboración del compost podemos emplear: · Ramas de las podas · Flores y hierbas · Ceniza · Diarios y cartones, hilos y trapos · Plumas, pelo, lana... · Paja · Restos orgánicos de la casa · Césped · Restos de cosechas · Estiércoles de todo tipo Las hojas verdes resultan ricas en nitrógeno, mientras que la paja y los vegetales leñosos son ricos en carbono. También podemos añadir polvo de rocas, para corregir posibles carencias de la tierra: fosfatos naturales, sulfato de hierro... Las cenizas resultan ricas en potasio, y el estiércol fresco proporciona el nitrógeno necesario para la vida bacteriana, además de aportar bacterias que permiten acelerar la fermentación. Según su grado de descomposición, podemos hablar de tres tipos de compost: 1. Poco descompuesto o fresco. Es aquél que ha sufrido una fermentación de pocas semanas. Se utiliza fundamentalmente para el abonado de fondo. 2. Descompuesto. Con una fermentación entre dos y cuatro meses. Al ser de rápida absorción, puede aplicarse en la fase productiva del cultivo. 3. Muy descompuesto o maduro, también conocido como mantillo. La descomposición ha durado de uno a dos años. Tiene varias utilidades, como la de cubrir sembrados, preparación de semilleros y abono de parcelas donde vayan a plantarse zanahorias, judías u otras plantas sensibles a la materia orgánica fresca. En huertos de pequeñas dimensiones y cultivos intensivos de hortalizas muy variadas, es recomendable utilizar compost en diferentes fases de descomposición. Existen dos formas de realizar el compostaje: 1. En montón. Tiene la ventaja de que permite ir controlando todas las fases, con lo cual podremos obtener un compost con las características más acordes al uso que pretendamos darle. En cultivos biodinámicos, permite conseguir una estimulación energética que mejora el resultado final, gracias a la inoculación en el montón, de preparados hechos a bases de plantas medicinales. 2. En superficie. La materia orgánica se esparce directamente en el mismo lugar donde crecen las plantas, con la ventaja de que supone mucho menos trabajo y además, al cubrir el suelo, lo protegemos de la radiación solar. Debido a la lenta y progresiva descomposición en este método, resulta muy apropiado para plantaciones de árboles frutales y cultivos plurianuales. También resulta apropiado para el cultivo de cereales y en los bancales de hortalizas, en los cuales se puede realizar una cobertura permanente con paja, restos orgánicos, hojas, estiércol y cualquier otra materia orgánica. En lo que se refiere a la ubicación del montón de compost, deberemos tener en cuenta algunos puntos: § Conviene que sea un lugar sombreado y a resguardo de los vientos dominantes. § Que haya cerca una toma de agua para cuando sea preciso humedecerlo. § Que no esté muy lejos del lugar donde vamos a usarlo. § Que dispongamos de espacio suficiente para el volteado, cargado de carretillas... § Que esté a una distancia prudencial de la casa, puesto que aunque un compost correctamente elaborado no tiene porque oler mal en ninguna de sus fases, conviene no correr riesgos. El paso de la materia fresca a compost se conoce con el nombre de fermentación o maduración que, en cualquier caso, habrá de producirse siempre en presencia de oxígeno, es decir, de forma aerobia. Es importante también, una correcta proporción carbono/nitrógeno, siendo lo más adecuado que exista unas 25 o 30 veces más carbono (celulosa) que nitrógeno. Otro punto importante es la homogeneidad de los componentes, y su correcta aireación, manteniendo siempre una humedad regular. La temperatura del montón no debe superar los 70º, y en caso de hacerlo, será preciso regarlo de forma abundante para frenar la fermentación. La falta de humedad también es causa de que la fermentación no se lleve a cabo. El tiempo de fermentación puede variar entre unas semanas y varios
meses, dependiendo del método que hayamos utilizado, la relación
carbono/nitrógeno y el grado de madurez necesario para su uso. EL COMPOSTAJE (Apartados del 1. al 5.)
El
compostaje o “composting” es el proceso biológico aeróbico, mediante el cual
los microorganismos actúan sobre la materia rápidamente biodegradable (restos
de cosecha, excrementos de animales y residuos urbanos), permitiendo obtener
"compost", abono excelente para la agricultura.
·
Mejora las propiedades físicas del suelo. La materia
orgánica favorece la estabilidad de la estructura de los agregados del suelo
agrícola, reduce la densidad aparente, aumenta la porosidad y permeabilidad, y
aumenta su capacidad de retención de agua en el suelo. Se obtienen suelos más esponjosos y con
mayor retención de agua. ·
Mejora las propiedades químicas. Aumenta el contenido en macronutrientes
N, P,K, y micronutrientes, la capacidad de intercambio catiónico (C.I.C.) y es
fuente y almacén de nutrientes para los cultivos. ·
Mejora la actividad biológica del suelo. Actúa como soporte
y alimento de los microorganismos ya que viven a expensas del humus y
contribuyen a su mineralización. · La población microbiana es un indicador de la fertilidad del suelo.
3. LAS MATERIAS PRIMAS DEL
COMPOST. Para
la elaboración del compost se puede emplear cualquier materia orgánica, con la
condición de que no se encuentre contaminada. Generalmente estas materias
primas proceden de: ·
Restos de cosechas.
Pueden emplearse para hacer compost o como acolchado. Los restos vegetales
jóvenes como hojas, frutos, tubérculos, etc son ricos en nitrógeno y pobres en
carbono. Los restos vegetales más adultos como troncos, ramas, tallos, etc son
menos ricos en nitrógeno. ·
Abonos verdes, siegas
de césped, malas hierbas, etc. ·
Las ramas de poda de
los frutales. Es preciso triturarlas antes de su incorporación al compost, ya
que con trozos grandes el tiempo de descomposición se alarga. ·
Hojas. Pueden tardar de
6 meses a dos años en descomponerse, por lo que se recomienda mezclarlas en
pequeñas cantidades con otros materiales. ·
Restos urbanos. Se
refiere a todos aquellos restos orgánicos procedentes de las cocinas como
pueden ser restos de fruta y hortalizas, restos de animales de mataderos, etc. ·
Estiércol animal.
Destaca el estiércol de vaca, aunque otros de gran interés son la gallinaza,
conejina o sirle, estiércol de caballo, de oveja y los purines. ·
Complementos minerales.
Son necesarios para corregir las carencias de ciertas tierras. Destacan las
enmiendas calizas y magnésicas, los fosfatos naturales, las rocas ricas en
potasio y oligoelementos y las rocas silíceas trituradas en polvo. ·
Plantas marinas.
Anualmente se recogen en las playas grandes cantidades de fanerógamas marinas
como Posidonia oceánica, que pueden emplearse como materia prima para la
fabricación de compost ya que son compuestos ricos en N, P, C, oligoelementos y
biocompuestos cuyo aprovechamiento en agricultura como fertilizante verde puede
ser de gran interés. · Algas. También pueden emplearse numerosas especies de algas marinas, ricas en agentes antibacterianos y antifúngicos y fertilizantes para la fabricación de compost.
4. FACTORES QUE CONDICIONAN EL PROCESO DE COMPOSTAJE Como
se ha comentado, el proceso de compostaje se basa en la actividad de
microorganismos que viven en el entorno, ya que son los responsables de la
descomposición de la materia orgánica. Para que estos microorganismos puedan
vivir y desarrollar la actividad descomponedora se necesitan unas condiciones
óptimas de temperatura, humedad y oxigenación. ·
Temperatura. Se consideran óptimas las temperaturas del intervalo 35-55 ºC
para conseguir la eliminación de patógenos, parásitos y semillas de malas
hierbas. A temperaturas muy altas, muchos microorganismos interesantes para el
proceso mueren y otros no actúan al estar esporados. ·
Humedad. En el proceso de compostaje es importante que la humedad alcance unos
niveles óptimos del 40-60 %. Si el contenido en humedad es mayor, el agua
ocupará todos los poros y por lo tanto el proceso se volvería anaeróbico, es
decir se produciría una putrefacción de la materia orgánica. Si la humedad es
excesivamente baja se disminuye la actividad de los microorganismos y el
proceso es más lento. El contenido de humedad dependerá de las materias primas
empleadas. Para materiales fibrosos o
residuos forestales gruesos la humedad máxima permisible es del 75-85 %
mientras que para material vegetal fresco, ésta oscila entre 50-60%. ·
pH. Influye
en el proceso debido a su acción sobre microorganismos. En general los hongos
toleran un margen de pH entre 5-8, mientras que las bacterias tienen menor
capacidad de tolerancia ( pH= 6-7,5 ) ·
Oxígeno. El compostaje es un proceso aeróbico, por lo que la presencia de
oxígeno es esencial. La concentración de oxígeno dependerá del tipo de
material, textura, humedad, frecuencia de volteo y de la presencia o ausencia de aireación forzada. ·
Relación C/N equilibrada. El carbono y el nitrógeno son los dos constituyentes
básicos de la materia orgánica. Por ello para obtener un compost de buena
calidad es importante que exista una relación equilibrada entre ambos
elementos. Teóricamente una relación C/N de 25-35 es la adecuada, pero esta
variará en función de las materias primas que conforman el compost. Si la relación C/N es muy elevada,
disminuye la actividad biológica. Una relación C/N muy baja no afecta al
proceso de compostaje, perdiendo el exceso de nitrógeno en forma de amoniaco.
Es importante realizar una mezcla adecuada de los distintos residuos con
diferentes relaciones C/N para obtener un compost equilibrado. Los materiales
orgánicos ricos en carbono y pobres en nitrógeno son la paja, el heno seco, las
hojas, las ramas, la turba y el serrín. Los pobres en carbono y ricos en
nitrógeno son los vegetales jóvenes, las deyecciones animales y los residuos de
matadero. ·
Población microbiana. El compostaje es un proceso aeróbico de descomposición de
la materia orgánica, llevado a cabo por una amplia gama de poblaciones de
bacterias, hongos y actinomicetes. El
proceso de composting o compostaje puede dividirse en cuatro períodos,
atendiendo a la evolución de la temperatura: ·
Mesolítico. La masa vegetal está a temperatura ambiente y los
microorganismos mesófilos se multiplican rápidamente. Como consecuencia de la
actividad metabólica la temperatura se eleva y se producen ácidos orgánicos que
hacen bajar el pH. ·
Termofílico. Cuando se alcanza una temperatura de 40 ºC, los
microorganismos termófilos actúan transformando el nitrógeno en amoníaco y el
pH del medio se hace alcalino. A los 60 ºC estos hongos termófilos desaparecen
y aparecen las bacterias esporígenas y actinomicetos. Estos microorganismos son
los encargados de descomponer las ceras, proteínas y hemicelulosas. ·
De enfriamiento. Cuando la temperatura es menor de 60 ºC, reaparecen
los hongos termófilos que reinvaden el mantillo y descomponen la celulosa. Al
bajar de 40 ºC los mesófilos también reinician su actividad y el pH del medio
desciende ligeramente. · De maduración. Es un periodo que requiere meses a temperatura ambiente, durante los cuales se producen reacciones secundarias de condensación y polimerización del humus.
Es
la técnica más conocida y se basa en la construcción de un montón formado por
las diferentes materias primas, y en el que es importante: A)
Realizar una mezcla correcta. Los
materiales deben estar bien mezclados y homogeneizados, por lo que se
recomienda una trituración previa de los restos de cosecha leñosos, ya que la
rapidez de formación del compost es inversamente proporcional al tamaño de los
materiales. Cuando los restos son demasiado grandes se corre el peligro de una
aireación y desecación excesiva del montón lo que perjudica el proceso de
compostaje. El
montón debe tener el suficiente volumen para conseguir un adecuado equilibrio
entre humedad y aireación y deber estar en contacto directo con el suelo. Para
ello se intercalarán entre los materiales vegetales algunas capas de suelo
fértil. Una
vez formado el montón es importante realizar un manejo adecuado del mismo, ya
que de él dependerá la calidad final del compost. El montón debe airearse
frecuentemente para favorecer la actividad de la oxidasa por parte de los
microorganismos descomponedores. El volteo de la pila es la forma más rápida y económica de
garantizar la presencia de oxígeno en el proceso de compostaje, además de
homogeneizar la mezcla e intentar que todas las zonas de la pila tengan una
temperatura uniforme. La humedad debe
mantenerse entre el 40 y 60%.
Se emplea en la fabricación de compost poco voluminosos. Los materiales se introducen en un silo vertical de unos 2 o 3 metros de altura, redondo o cuadrado, cuyos lados están calados para permitir la aireación. El silo se carga por la parte superior y el compost ya elaborado de descarga por una abertura que existe debajo del silo. Si la cantidad de material es pequeña, el silo puede funcionar de forma continua: se retira el compost maduro a la vez que se recarga el silo por la parte superior.
6.3. COMPOSTAJE EN SUPERFICIE. Consiste en esparcir sobre el terreno una delgada capa de material orgánico finamente dividido, dejándolo descomponerse y penetrar poco a poco en el suelo. Este material sufre una descomposición aerobia y asegura la cobertura y protección del suelo, sin embargo las pérdidas de N son mayores, pero son compensadas por la fijación de nitrógeno atmosférico.
El
compost se clasifica atendiendo al origen de sus materias primas, así se
distinguen los siguientes tipos: ·
De maleza. El material empleado es vegetación de sotobosque,
arbustos, etc., excepto coníferas, zarzas, cardos y ortigas. El material
obtenido se utiliza generalmente como cobertura sobre la superficie del suelo
(acolchado o “mulching”). ·
De maleza y broza. Similar al anterior, pero al que se le añade broza
(restos de vegetación muertos, evitando restos de especies resinosas). Es un
compost de cobertura. ·
De material vegetal
con estiércol. Procede de restos de
vegetales, malezas, plantas aromáticas y estiércol de équidos o de pequeños
rumiantes. Este tipo de compost se incorpora al suelo en barbecho, dejándolo
madurar sobre el suelo durante varios días antes de incorporarlo mediante una
labor. ·
Compost tipo
Quick-Return. Está compuesto por restos
vegetales, a los que se les ha añadido rocas en polvo, cuernos en polvo, algas
calcáreas, activador Quick Return, paja y tierra. · Compost activado con levadura de cerveza. Es una mezcla de restos vegetales, levadura fresca de cerveza, tierra, agua tibia y azúcar.
Según
la época en la que se aporta a la tierra y el cultivo, pueden encontrase dos
tipos de compost: ·
Compost maduro. Es aquel que está muy descompuesto y puede utilizarse
para cualquier tipo de cultivo pero para cantidades iguales tiene un valor
fertilizante menos elevado que el compost joven. Se emplea en aquellos cultivos
que no soportan materia orgánica fresca o poco descompuesta y como cobertura en
los semilleros. ·
Compost joven. Está poco descompuesto y se emplea en el abonado de
plantas que soportan bien este tipo de compost (patata, maíz, tomate, pepino o
calabaza). La
elaboración de mantillo o compost está indicada en los casos en que la
transformación de restos de cosechas en el mismo lugar es complicada, debido a
que: ·
Existe una cantidad muy
elevada de restos de la cosecha anterior, que dificultan la implantación del
cultivo siguiente. · Se trata muchas veces de residuos muy celulósicos, con una relación C/N alta, lo que se traduce en un bloqueo provisional del nitrógeno del suelo. · Se trata de suelos con escasa actividad biológica y en los que el proceso de humificación va a resultar lento.
9. BIBLIOGRAFÍA. AUBERT, C. 1998. El huerto biológico. Ed. Integral Barcelona. 252 pp. CANOVAS, A. 1993. Tratado de Agricultura Ecológica. Ed. Instituto de Estudios Almerienses de la Diputación de Almería. Almería. 190 pp. CERISOLA, C.I. 1989. Lecciones de Agricultura Biológica. Ed. Mundi-Prensa. Madrid. GARCÍA, A. 1987. Diez temas sobre agricultura biológica. GUIBERTEAU, A.; LABRADOR, J. 1991. Técnicas de cultivo en Agricultura Ecológica. Hoja Divulgadora Num. 8/91 HD. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Madrid. 44 pp. PORTA, J; LÓPEZ-ACEVEDO, M; ROQUERO, C. 1994. Edafología para la agricultura y el medio ambiente. Ed. Mundi-Prensa. Madrid. 807 pp.
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