L A   M E D I C I N A   N A T U R A L   A L   A L C A N C E   D E   T O D O S


F I T O T E R A P I A   P A R A   C A D A  D O L E N C I A
A L C O H O L I S M O

     

    ¿Qué es el alcohol?

      Según algunos autores fue descubierto hace unos 6 siglos por un sabio árabe el cual le llamó "al ghole", palabra árabe que significa "espíritu maligno", debido a que quienes lo bebían obraban como demonios. Otros autores, sin embargo, atribuyen su descubrimiento al famoso alquimista francés Arnaldo Villanueva, el cual introdujo su empleo en la Medicina. El alcohol se origina mediante el proceso de fermentación alcohólica de los azúcares con ayuda de organismos vegetales, generalmente levaduras. Las utilidades del alcohol van desde las tinturas hasta los disolventes, lociones y perfumes pasando por la industria de la licorería. No podemos aquí callar la gran verdad de que el alcohol es una gran veneno para las células corporales en general pero especialmente para las células nerviosas. Su intrusión en nuestro organismo disuelve en particular los pequeños cuerpos grasos de las fibras nerviosas y determinadas vitaminas que son importantes para la actividad de los nervios.

    Un poco de historia sobre el alcohol

      Una de las causas originarias del uso de los espirituosos habríamos de buscarla en la debilidad que ha sentido siempre el hombre para crearse momentos de vida ficticia y de preocuparse instantes fugaces de alegría. Para ello se ha validado de todos los medios a su alcance, siendo los excitantes espirituosos o alcohólicos los preferidos para provocar este estado de embriaguez más o menos manifiesto.

      Los persas hicieron uso del vino de uvas desde los orígenes de su historia, y los egipcios, pese a la frugalidad de sus comidas y al alto concepto que de la higiene tenían, usaban ya el vino, la cerveza de granos y el alcohol de palma.

      Entre los libios, seres considerados en la antigüedad como los más sanos, el excesivo uso de la cerveza entre los pobladores provocó tal epidemia alcohólica que, durante el reinado de Sesostris se dictaron severas medidas para combatir el alcoholismo.

      También los fenicios, arriesgados y decididos navegantes que surcaban todos los mares entonces conocidos, traficaron con vino oriundo de Palestina, Siria y Egipto. Licurgo en Grecia, más tarde Dracon, el severo legislador de Atenas, y entre los hebreos Samuel, han atacado y combatido sin cesar el alcoholismo.

      Ya en Roma, en los primeros tiempos de su poderío, se preferían los juegos de circo que fortalecían y endurecían los músculos, a las bebidas alcohólicas, que eran reservadas y repartidas con profusión entre los pueblos vencidos, para de esta manera mantener su inferioridad física y moral. Pero este mismo pueblo, enervado por su grandeza y por sus conquistas, con el orgullo que llegó a cegar a legisladores y ciudadanos romanos, cayó víctima de su propio vicio. Los ricos botines conquistados, los hábitos de los vencidos, las costumbres importantes de los países nórdicos y de las Galias y las bebidas espirituosas de Oriente, por otro lado, pronto hicieron mella en la nación más poderosa que conocieron los tiempos. La vid se difunde, el vino se adueña de todas las masas, y la molicie, la corrupción, la embriaguez y la depravación precipitan hacia la decadencia física y moral a senadores y plebeyos. El Imperio, convertido en una perenne juerga, cae pronto víctima del alcohol. La orgía, entre el incienso y los perfumes, ahoga la poesía de Ovidio y los cantos de Horacio.

      Incluso Mahoma, el gran profeta, consiente el uso de las bebidas alcohólicas, por lo que hacia el siglo VIII de nuestra era la terrible plaga del alcoholismo invade también las tierras de Arabia. Más tarde en el siglo XI, el alcohol adquiere virtudes medicinales en manos de hábiles taumaturgos, atribuyéndole cualidades exageradas, como lo de "agua de inmortalidad, que alarga los días y disipa los malos humores, mantiene la juventud, cura los cólicos, la hidropesía, etc.".

      La Edad Moderna, con el florecimiento de las Artes y de las Letras, con el resurgir artístico en todas sus fases, ve incrementarse de una manera alarmante el uso de los espirituosos. Confundidos clérigos y profanos de una incomprensible desmoralización, frecuentan las tabernas dominados por una invencible sed de orgía, hundiéndose en la intriga y en el crimen, rindiendo pleitesía a Venus y a Baco conjuntamente. Fue inútil que los concilios dictaminaran medidas de represión contra la depravación de las costumbres y de la embriaguez. Las costumbres licenciosas tenían raíces demasiado hondas, aún entre los mismos represores, para que ni los conciliábulos ni los anatemas pudiesen dominar el vicio y la corrupción reinantes.

      Es en la Francia donde Luis XII concedió a los vinagreros la destilación de los alcoholes, apareciendo en 1678, la venta pública de este producto, reservado hasta entonces a los farmacéuticos. Y es en el siglo XVI, para contrarrestar los ya muy visibles efectos del alcohol bajo todas sus formas, cuando se instituye la primera sociedad de temperancia fundada por Mauricio de Hesse. Posteriormente le siguió la sociedad del Anillo de Oro, patrocinada por el Conde palatino Federico V.

      Pero el alcoholismo sigue incrementándose, las bacanales palaciegas se suceden sin interrupción, y continúa siendo dueño y señor de todas las clases sociales; y el siglo XVII conoce las orgías del Rey Sol, Luís XIV, que celebra en el Parque de los Ciervos, encubriendo estas juergas nocturnas, el crimen y la crápula. Y el alcoholismo, esa terrible plaga social que degenera la raza, que oprime la moral y que corrompe a las muchedumbres, sigue su marcha triunfal durante los siglos posteriores, perprechado bajo inconcebibles prejuicios, contra los que ni los descubrimientos de la Ciencia ni las leyes de los Estados, en perpetua guerra, pueden atajar sus mortíferos efectos.

      A principios del siglo pasado aparecen en América algunas sociedades de temperancia; organizándose en New-York en 1808, una entidad destinada a restringir el uso abusivo de las bebidas alcohólicas. Más tarde, en 1826 se constituyó en Boston una sociedad, cuyo severo programa exigía de los componentes la abstención absoluta de las bebidas destiladas.

      Ya desde esta fecha se multiplican rápidamente las sociedades antialcohólicas. Son a miles las que funcionan actualmente en los EE.UU.. siendo casi incontable el número de miembros esparcidos por todos los rincones de la América del Norte, que llevan a cabo sus campaña profiláctica contra el alcoholismo con celo entusiasta digno de admiración. Muchas de estas entidades se desenvuelven patrocinadas por particulares, que aportan su esfuerzo monetario con miras exclusivamente a la propagación de la sobriedad y de la lucha contra el alcoholismo.

      Pero el alcohol ha hecho muchos progresos: se ha adueñado de todos los ámbitos sociales, es el manantial de la sensualidad. Y la voz de la Naturaleza se deja oír; los asilos, hospitales, cárceles y manicomios han aumentado de forma alarmante; la enfermedad y la muerte son el colorario de la brillante carrera del alcoholismo... Pero el instinto, ese juez justiciero para quien no valen ni convencionalismos ni prejuicios sociales, nos impulsa a luchar incansablemente contra ese morbo que estraga vidas y más vidas.

      Ayer fue un grupo de entusiastas que, obedeciendo la voz interna, y vislumbrando el terrible alcance de este poderoso enemigo del hombre, dedicó todas sus energías para combatirlo. Fueron unas cuantas entidades, con escasos miembros, pero que hermanados en el común anhelo del mejoramiento social y del progreso humano, dedicaron sus actividades y sus medios en lucha incansable contra ese temible detractor del cuerpo y del alma.

      Hoy son las grandes sociedades norteamericanas con miles de asociaciones de lucha contra el alcoholismo.

      Por supuesto que no podemos quedarnos solo en lo negativo del alcohol y aquí es donde uno se acuerda de aquello de que "no existe veneno alguno, todo depende de la dosis", mencionando por ejemplo el vino en las comidas a dosis razonables (un vaso por comida), las tinturas y maceraciones alcohólicas con plantas medicinales utilizadas a dosis estrictas con fines curativos, los licores y vinos medicinales (por ejemplo los estomacales), etc. Cuando se juzga el alcoholismo se entiende pues que se refiere a la ingestión descontrolada, excesiva y adicta del alcohol por vía interna.

    Efectos del alcohol sobre nuestro organismo

      La acción tóxica del alcohol se manifiesta primeramente en la corteza gris, disminuyendo las inhibiciones psíquicas y alterándose la autocrítica. La ingestión excesiva del alcohol lleva al sujeto a un estado de buen humor y "alegre". Es como si de repente el alcohol se convirtiese en un aliado del incomprendido, frustrado, triste o desesperado y le diese las fuerzas para sonreír, ser osado o simplemente capaz de abrirse a los demás. El alcohol tapa la timidez pero no la trata ni la cura jamás. Hace de parche pero lleva veneno. Mi padrastro era alcohólico de toda la vida. Su humor variaba bruscamente dependiendo del alcohol que ingería. Su rostro enrojecía notablemente, mostrando unas venas endurecidas y rígidas. El alcohol es un mortal enemigo de las venas y las arterias. Las endurece y provoca obstrucciones, trastornos en el cerebelo, los cuales son responsables del equilibrio general y la tensión muscular. Así mismo las intoxicaciones fuertes de alcohol pueden afectar a la médula espinal, la cual cosa acaba provocando paralizaciones en la médula elongada y especialmente en los centros respiratorio y circulatorio, produciendo no pocas veces la muerte.

      Que el alcohol en exceso es perjudicial para las salud es algo que el propio alcohólico conoce perfectamente, siendo el problema más grave la adicción irremediable del sujeto al alcohol.

      El alcohólico, por lo general, trata de refugiarse en la bebida, olvidar su situación presente, evadirse, tomar confianza y seguridad en sí mismo, o autodestruirse algunas veces incluso.

      Si la sociedad, en vez de marginarlos tanto, cuidará a estas personas como enfermos que son y les ayudara con terapias y tratamientos adecuados, seguramente que tendríamos menos alcohólicos.

       

    Tratamiento del alcoholismo

      Este el punto que a toda persona enganchada al alcohol interesa. Saber qué tratamientos naturistas pueden ayudarle a abandonar el mal hábito de la bebida. Y aquí es donde yo personalmente no quiero prometer milagros inexistentes, pues sólo conozco uno válido y real: la fuerza de voluntad con ayuda de algunas plantas. En primer lugar destacaré las plantas y el porqué de su elección:

      PLANTAS MEDICINALES:

    • Ajo: hay que consumirlo a diario, bien sea en forma crudívora en ensaladas o bien en forma de perlas de aceite de ajo. El ajo tiene la gran virtud de dar elasticidad a las arterias facilitando la circulación sanguínea, algo muy importante para los alcohólicos que a causa del alcohol tienen las venas y arterias estrechadas.
    • Cola de caballo: esta planta es excelente para purificar la sangre y favorecer la eliminación de toxinas. Recomiendo de 3 a 5 tazas diarias.
    • Diente de león: al igual que la Cola de caballo: efectúa una depuración de la sangre, algo muy importante para la ayuda del abandono del alcohol como hábito.
    • Romero: esta planta es importante en el tratamiento puesto que tonifica el corazón y restablece las funciones del hígado. El Romero: además es un buen tónico general que nos dará energías suficientes para afrontar el día sin alcohol.
    • Boldo: importantísima para restablecer el hígado.
    • LAS RECETAS

        Por las mañanas tomaremos una taza de romero, cola de caballo y boldo. Las plantas deben de estar mezcladas a partes iguales y guardadas en un bote hermético al abrigo de la luz. Preparamos una taza de agua hirviendo y justo al hervir apagamos el fuego y echamos una cucharadita bien llena de la mezcla citada. Removemos y tapamos, dejando un reposo de 5 minutos. Colamos y bebemos con miel y 12 gotas de tintura de equinácea.

        Después de las comidas tomaremos una taza de Infusión de las siguientes plantas: cola de caballo, diente de león, semillas de anís y flores de manzanilla. Estas plantas deberán estar mezcladas y guardadas en un bote igual que la mezcla anterior de las mañanas. Se prepara de la misma manera que la receta anterior. Siempre con miel ya que el azúcar no conviene durante el tratamiento.

        Por la noche después de la cena otra taza de Infusión de las siguientes plantas: cola de caballo, tila, muérdago, espino albar y flores de manzanilla. Igual preparación que las anteriores. Es importante obtener las tres mezclas por separado y guardarlas etiquetadas.

        Este tratamiento deberá ser completado con una alimentación sana y equilibrada siendo aconsejable:

      • Las naranjas: un mínimo de 2 ó 3 al día entre comidas o en forma de zumo.
      • Nueces, pasas y frutos secos: 2 ò 3 días a la semana como mínimo.
      • Ensaladas crudas (zanahoria, lechuga, ajo, cebolla, apio, germinados vivos) cada día.
      • Verduras (col, espinacas, acelgas, etc.) 4 días a la semana.
      • Lácteos: no conviene abusar, algún yogur, queso preferiblemente fresco, mantequilla para el desayuno...
      • Pescados a la plancha o al horno.
      • Frutas del tiempo: manzanas, peras, melocotones, etc...
      • Debido a que muchos alcohólicos son de poco comer es preferible no forzar las comidas y comer escalonadamente conforme el apetito se nos abra día a día.

    CONSEJOS

    Recomiendo así mismo a toda persona que desee dejar el alcohol que realice la receta budista de ajos que dura unos dos meses.

    El romero es importante en el tratamiento del alcoholismo puesto que tonifica el corazón y restablece las funciones del hígado, esta planta es además es un buen tónico general que nos dará energías suficientes para afrontar el día sin alcohol. Ponga una cucharadita (de postre) de hojas y flores de romero (Rosmarinus officinalis L.) en una taza con agua hirviendo; déjelo infundir durante 10 minutos y tome 3 tazas al día, antes o después de las comidas. 

    Precauciones:
    No tomar el romero en caso de embarazo, gastroenteritis y prostatitis.

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Esta información ha sido extraída del cd rom Prevenir y Curar Enfermedades y Dolencias

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