Factores de riesgo cerebrovascular
Ciertos problemas médicos pueden aumentar el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular. Se denominan «factores de riesgo». Algunos de ellos responden a tratamiento y otros no. El conocimiento de los factores de riesgo puede ayudarnos a evitar un accidente cerebrovascular, porque puede tratarse muchas de estas condiciones, con cambios en el estilo de vida, medicamentos o cirugía.
Factores de riesgo tratables
Presión arterial alta (hipertensión arterial). La presión arterial alta es el principal factor de riesgo cerebrovascular. La hipertensión afecta a casi 1 de cada 4 estadounidenses adultos. Generalmente no presenta síntomas. Es más, la mayoría de las personas no descubren que sufren de hipertensión hasta después de haber tenido un accidente cerebrovascular o un ataque al corazón. El control de la hipertensión reduce el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular. La hipertensión puede a menudo controlarse por medio del ejercicio físico, una dieta sana y ciertos medicamentos.
Enfermedad cardiovascular. (tal como la enfermedad arterial coronaria, las válvulas cardíacas dañadas y las alteraciones del ritmo cardíaco). Las personas que sufren de una enfermedad cardiovascular tienen el doble del riesgo de padecer un accidente cerebrovascular con respecto a las personas con corazones sanos. El control de los tres principales factores de riesgo cardiovascular (consumo de cigarrillos o tabaquismo, colesterol elevado en sangre e hipertensión arterial) puede también reducir el riesgo cerebrovascular.
Aterosclerosis. La aterosclerosis, a menudo denominada «endurecimiento de las arterias», es una enfermedad que se caracteriza por la acumulación de materias grasas, colesterol y calcio en las paredes internas de las arterias. Esta acumulación de grasa puede obstruir los vasos sanguíneos.
Recuento elevado de glóbulos rojos. Incluso una elevación moderada en el recuento de glóbulos rojos puede constituir un factor de riesgo cerebrovascular. Un número elevado de glóbulos rojos hace más espesa la sangre, lo cual puede dar lugar a la formación de coágulos.
Ataques isquémicos transitorios (AIT). Los AIT generalmente se producen cuando un coágulo sanguíneo obstruye transitoriamente una arteria del cerebro o del cuello. Esto impide que una parte del cerebro reciba la sangre que necesita. Los AIT son un claro síntoma de advertencia de un posible accidente cerebrovascular. De las personas que han sufrido uno o más AIT, aproximadamente el 35 % sufrirá un accidente cerebrovascular. Los síntomas son similares a los de un accidente cerebrovascular grave. Consulte inmediatamente al médico si usted o alguien que usted conoce tiene alguno de los síntomas de un AIT.
Apnea del sueño. La apnea del sueño es un gran factor de riesgo cerrebrovascular. La apnea del sueño es una condición en que se deja de respirar (a veces por 10 segundos) durante estados de sueño profundo. La apnea del sueño también aumenta la presión. Investigaciones han mostrado que las personas con apnea del sueño tiene niveles muy bajos de oxígeno en la sangre, que puede causar la formación de coágulos de sangre. Si tiene las síntomas de apnea del sueño, infórmale a su médico inmediatamente.
Factores de riesgo no tratables
Edad. El riesgo cerebrovascular aumenta con la edad. Desde la edad 65, el riesgo de sufrir una accidente cerebrovascular más que duplica cada 10 años.
Sexo. La incidencia de accidentes cerebrovasculares es aproximadamente un 19 % mayor en los hombres que en las mujeres. Como las mujeres en los Estados Unidos viven más que los hombres, la mayoría de los sobrevivientes de un accidente cerebrovascular mayores de 65 años de edad son mujeres.
Raza. Según la Asociación del Corazón Americana, los africanoamericanos tienen mayor riesgo de accidente cerebrovascular que los blancos. Esto es por la mayor parte porque los africanoamericanos también tienen más riesgo de alta presión, diabetes, y obesidad.
Diabetes. Aunque la diabetes puede ser controlada, las personas que padecen esta enfermedad tienen mayores probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular. Esto se debe principalmente a los problemas circulatorios ocasionados por la diabetes. Y si el nivel de glucosa (azúcar) en sangre es elevado, el daño cerebral causado por el accidente cerebrovascular podría ser más grave y extenso. La incidencia de accidentes cerebrovasculares es mayor en las mujeres diabéticas que en los hombres diabéticos.
Accidente cerebrovascular previo. El riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular aumenta considerablemente si una persona ya ha sufrido uno. Si una persona ha sufrido de una ataque de corazón, también tiene mayor riesgo de accidente cerebrovascular.
Herencia. El riesgo cerebrovascular es mayor en las personas que tienen antecedentes familiares de accidente cerebrovascular o AIT.
Soplo carotídeo asintomático. Este síntoma generalmente indica la presencia de aterosclerosis. Un soplo es un sonido anormal que se detecta al colocar un estetoscopio sobre una arteria obstruida, en este caso la arteria carótida en el cuello. El soplo carotídeo típicamente indica que la persona tiene un mayor riesgo cerebrovascular.
Enfermedad de las arterias carótidas. La acumulación de materia grasa en la arteria carótida (la principal arteria entre el corazón y el cerebro) puede obstruir esta importante fuente de irrigación sanguínea. Según el grado de la obstrucción, podría realizarse una intervención quirúrgica (endarterectomía carotídea) para cortar y extraer la materia grasa acumulada.
Factores contribuyentes
Estos factores aumentan de forma indirecta el riesgo cerebrovascular. La implementación de cambios en el estilo de vida puede prevenir o disminuir considerablemente el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.
El fumar. Según la Asociación Nacional de Accidentes Cererbrovasculares (NSA), el fumar duplica el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular.
Consumo excesivo de alcohol. Se recomienda limitarse a un consumo moderado de alcohol. Según la Asociación Americana del Corazón (AHA) una cantidad moderada sería aproximadamente 1 onza (30 ml) de licor, una copa de vino de 8 onzas o dos vasos de cerveza de 12 onzas por día. El beber más de esta cantidad por día aumenta el riesgo de hipertensión arterial y puede dar lugar a un accidente cerebrovascular.
Uso de drogas ilegales. El uso de drogas intravenosas aumenta el riesgo de accidente cerebral. La cocaína también está asociada con accidentes cerebrales y ataques de corazón.
Inactividad física. La inactividad física no es sólo uno de los principales factores de riesgo coronario sino que también puede causar hipertensión arterial, niveles bajos de lipoproteínas de alta densidad (HDL o «colesterol bueno») y diabetes. El hacer ejercicio físico durante 30 o 40 minutos por lo menos 3 o 4 veces por semana disminuye la presión arterial, eleva los niveles de HDL y ayuda a regular la cantidad de insulina que el organismo necesita.
Obesidad. Según el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de los Estados Unidos, la obesidad duplica el riesgo de sufrir hipertensión arterial, uno de los principales factores de riesgo cerebrovascular. Actualmente, muchos médicos miden la obesidad mediante el índice de masa corporal (IMC), que se calcula dividiendo los kilogramos de peso por el cuadrado de la talla en metros (IMC = kg / m2). Una persona se considera obesa si tiene un IMC superior a 30.
Píldoras anticonceptivas (anticonceptivos orales). Los anticonceptivos orales independientemente no constituyen un factor de riesgo significativo. Pero si se los combina con otros factores de riesgo, tales como el tabaquismo, el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular aumenta.
Esta información ha sido extraída del cd rom Prevenir y Curar Enfermedades y Dolencias
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