L A   M E D I C I N A   N A T U R A L   A L   A L C A N C E   D E   T O D O S


F I T O T E R A P I A   P A R A   C A D A  D O L E N C I A
ÁCIDO ÚRICO
     
    ¿Qué es el ácido úrico?
    El ácido úrico son sustancias que se forman principalmente en el hígado  a partir de los núcleos celulares animales como la carne o el pescado, y que se eliminan a través de la orina.

    Lo que ocurre es que si su producción es muy abundante, por ejemplo en un consumo excesivo de carne, entonces no se elimina completamente, acumulándose sobre todo en la inmediación del cartílago, y por lo tanto produciendo enfermedades tan molestas y dolorosas como es la propia gota.
     

  • Cuando hablamos de ácido úrico hablamos muchas veces de artritis y gota. La artritis es curable perfectamente siempre y cuando se siga un régimen especial de alimentación complementándolo con plantas medicinales que purifiquen la sangre, eliminen ácido úrico y activen las funciones de los órganos de nuestro cuerpo.
  • Las personas que padecen de artritis manifiestan por lo general síntomas como jaquecas, eczemas, urticaria, reumatismos gotosos, gota, dolores de articulaciones, lumbago, dolor de cabeza, ciática, dolores nerviosos en diversos lugares del cuerpo, piedras en los riñones, erupciones en la piel, etc.
  • Lo más importante es la alimentación. Deben desecharse carnes, fritos, garbanzos y judías secas, café, tabaco, alcohol y todo tipo de vida sedentaria. Por el contrario se debe de comer mucha fruta y zumos así como vegetales, especialmente el apio crudo en forma de ensalada.

  • El zumo de limón también ayuda notablemente a la eliminación del ácido úrico. Para ello debemos de exprimir un limón cada mañana y beberlo en ayunas durante 21 días seguidos. No debe de beberse de golpe como el que se toma un vaso de agua, si no que debe de beberse poco a poco a sorbitos y ensalivándolo bien antes de tragar, de esta manera conseguimos que llegue al estómago envuelto en saliva y siendo más fácil su asimilación.

    RECETAS

  • Las recetas que doy a continuación son fruto de mi trabajo y están indicadas para combatir la artritis y eliminar el ácido úrico:
  • Receta 1: Plantas: Agracejo, cola de caballo, diente de león, ortigas, hipérico y abedul. Una cucharadita por taza en Infusión. Tres tazas al día.
  • Receta 2: Plantas: raíz de bardana, vara de oro, cola de caballo, ortigas, coclearia, trébol de agua. Una cucharadita por taza en Infusión. Tres tazas al día.

 

ÁCIDO ÚRICO.- Producto final del metabolismo de los NUCLEOPROTEIDOS (1), normalmente presente en pequeñas cantidades en la sangre y en la orina. La tasa normal de ácido úrico en la sangre, en ayuno, es de 20 a 40 mg./litro; la eliminación cotidiana de ácido úrico a través de la orina es, con dieta mixta, de 0,5 a 1 gr..

 

El ácido úrico presente en la sangre tiene un origen doble, exógeno y endógeno, pues representa el producto final del metabolismo de las NUCLEOPROTEÍNAS (1) tanto de los alimentos ingeridos como de las propias células de tejidos en descomposición.

 

Existen, por tanto, también dos formas de hiperuricemia (2), la exógena, es decir, de origen externo o alimentario, debido a la ingestión de alimentos particularmente ricos en NUCLEOPROTEÍNAS y por ello abundantemente productores de ácido úrico en el organismo; y la endógena, que tiene lugar independientemente de la ingestión de los mencionados alimentos, pues el aumento de ácido úrico se debe a la alteración del metabolismo de las NUCLEOPROTEÍNAS, del cual el ácido úrico constituye el producto final.

El aumento de la concentración de ácido úrico en la sangre (hiperuricemia) (2) y, por consiguiente, en la orina (hiperuricuria) puede observarse en diversas condiciones morbosas: en la gota (3) y en las enfermedades en que el metabolismo de las NUCLEOPROTEÍNAS se encuentra incrementado como la leucemia (4), policitemia (5), etc..

------- ------- -------

El ÁCIDO ÚRICO, es un ácido soluble en álcalis, pero difícilmente en agua, que se forma en el hombre y en los primates como producto final del metabolismo de los ácidos nucleicos (1.1) o las purinas (6) ingeridas con la alimentación o producidas por la célula, por la acción de la xantinooxidasa (7) sobre la xantina (8) y la hipoxantina (9), y que es eliminado por la orina 0,08 a 1 gr./24 horas aproximadamente; aumenta con una dieta rica en proteínas y después del tratamiento con corticoides y uricosúricos (10)

Cristaliza formando sales en la orina: uratos, sales urinarias.

Valores normales en el suero sanguíneo:

Mujeres: de 2,5 a 5,7 mg/dl.

Varones: de 3,5 a 7,0 mg/dl.

 

Se registra hiperuricemia (2) en caso de gota (3), leucemia (4), o durante un tratamiento con clorotiacida (11).

 

Se acumula patológicamente en los tejidos, también en forma de cristales, como en el infarto por ácido úrico o gota por ácido úrico. Forma cálculos renales.

 

GLOSARIO

 

 

(1) NUCLEOPROTEÍNAS.- Compuesto de proteína y ácidos nucleicos (1.1) presente en los núcleos celulares.

 

(1.1) ÁCIDO NUCLEICO.- Molécula en forma de cadena larga compuesta de gran número de nucleótidos (1.1.2); se encuentra en todos los seres vivos (ADN, ARN).

 

(1.1.2) NUCLEÓTIDO.- Elemento constituyente básico de los ácidos nucleicos, compuesto por base nucleica, pentosa y ácido fosfórico.

 

(2) HIPERURICEMIA- Elevación del contenido de ácido úrico en sangre debido a alteraciones del metabolismo de las purinas (6), que puede ser latente o manifiesta, en forma de gota (3). Como hiperuricemia primaria aparece en defectos metabólicos hereditarios, como en la glucogenosis (12) tipo I, en la hiperactividad de la xantinooxidasa (7) hepática (en el síndrome de LESH-NYHAN), así como en la inhibición, de causa desconocida, de la eliminación de ácido úrico por el riñón. Como hiperuricemia secundaria aparece en la hipercalcemia idiopática del recién nacido y lactantes, hipertrigliceridemia inducida por hidratos de carbono, hemoblastosis (13) como policitemias (5) y leucemias (4), glucogenosis (12), insuficiencia renal crónica, tras radioterapia, y en el síndrome de lisis (14) tumoral aguda.

 

(3) GOTA.- Transtorno asociado con un error innato del metabolismo del ácido úrico que aumenta la producción o interfiere en la excreción de ácido úrico. El exceso de ácido úrico se convierte en cristales de urato sódico, que precipitan y se depositan en las articulaciones y en otros tejidos. El transtorno puede provocar una tumefacción extremadamente dolorosa en una articulación, con fiebre y escalofríos. Este transtorno es discapacitante y, si no se trata, puede progresar hasta el desarrollo de tofos (3.1) y alteraciones degenerativas en la articulación.

 

(3.1) TOFO.- Cálculo que contiene depósitos de urato sódico y que se desarrolla en el tejido fibroso periarticular, típicamente en pacientes con gota.

 

(4) LEUCEMIA.- Neoplasia (4.1) maligna de los órganos hematopoyéticos que se caracteriza por la sustitución dificultosa de la médula ósea por precursores leucocitarios proliferantes, por un número y unas formas anormales de leucocitos inmaduros en la circulación, y por infiltración de los nódulos linfáticos, bazo, hígado y otras localizaciones. El origen de la leucemia no es claro, aunque puede ser el resultado de la exposición a radiaciones ionizantes, benzeno u otros agentes químicos tóxicos para la médula ósea. La leucemia se clasifica dependiendo de las células que predominan en la proliferación, su curso clínico y la duración de la enfermedad. La leucemia aguda suele tener un comienzo súbito, evolucionando rápidamente a partir de signos precoces como fatiga, palidez, pérdida de peso, facilidad para la aparición de hematomas, hasta fiebre, hemorragias, dolor óseo o articular e infecciones repetidas. La leucemia crónica se desarrolla lentamente y la aparición de signos similares a los de la forma aguda de la enfermedad pueden retrasarse durante años.

Hematopoyético: relacionado con el proceso de formación y desarrollo de los diferentes tipos de células sanguíneas.

 

(4.1) NEOPLASIA.- Desarrollo de células nuevas y anormales, que pueden ser benignas o malignas.

 

(5) POLICITEMIA.- Aumento anormal del número de eritrocitos en la sangre. Puede ser secundaria a una enfermedad pulmonar, cardiopatía o a la exposición prolongada a grandes altitudes.

 

(6) PURINA.- Compuesto heterocíclico de fórmula C5H4N4. Constituye cristales incoloros, solubles en agua, que forman sales con ácidos y bases.

 

(7) XANTINOOXIDASA.- Enzima de SCHARDINGER: enzima que contiene Fe y Mo; deshidrogenasa aerobia del tipo de las enzimas flavoproteínicas, uno de los fermentos amarillos que cataliza la reacción general: xantina - H2O + O2 = ácido úrico + H2O2 (hipoxantina ® xantina).

(8) XANTINA.- Producto intermedio de gran importancia en el metabolismo de los ácidos nucleicos (1.1) y las bases purínicas (6). Precursor del ácido úrico, formado por la acción de la xantinooxidasa (7). Precursor también de compuestos presentes en los nucleósidos (15) y los nucleótidos (1.1.2). Los tres derivados de xantina de mayor interés en medicina son: cafeína (16), teobromina (17) y teofilina (18).

 

(9) HIPOXANTINA.- Base purínica soluble en ácidos y álcalis que resulta del catabolismo de la adenina (19) y de la inosina (hipoxantosina) (20), y que, a través de la etapa de xantina (8), es oxidada a ácido úrico. Presente en forma libre (en la orina) o en combinación (en los nucleósidos (15)). Factor de crecimiento (factor X) para algunos microorganismos, antagoniza la acción inhibidora del crecimiento de las sulfamidas (21).

 

(10) URICOSÚRICOS.- Sustancias que aumentan la eliminación de ácido úrico a través del riñon.

 

(11) CLOROTIACIDA.- Salutérico (diurético del grupo de las benzotiadiacinas) desarrollado a partir de inhibidores de la anhidrasa carbónica (22).

Benzatiacida: diurético y antihipertensivo prescrito para el tratamiento de la hipertensión y el edema. (11.1)

 

(11.1) EDEMA.- Acumulación masiva localizada o difusa de líquido seroso no coagulable que escapa del sistema vascular (en la mayoría de los casos sin dolor) y se sitúa en el tejido subcutáneo o submucoso, así como en el tejido nervioso, en los órganos parenquimatosos, en los órganos huecos, y en el tejido conjuntivo intersticial o interfibrilar. Como trasudado agudo, por lo general es pobre en proteínas, aunque puede aumentar su contenido. Causas: a) alta presión vascular; por ejemplo, en casos de insuficiencia cardíaca o dificultad de retorno; b) bajo contenido en proteínas y con ello baja presión oncótica de la sangre; c) alta permeabilidad de la pared muscular. Formas importantes que afectan a un órgano son el edema pulmonar y el edema cerebral.

 

(12) GLUCOGENOSIS.- Enfermedad por almacenamiento de glucógeno (12.1).

 

(12.1) GLUCÓGENO.- Polisacárido que es el principal carbohidrato almacenado en las células animales. Se forma a partir de la glucosa y se almacena principalmente en el hígado y en menor cantidad en las células musculares.

 

(13) HEMOBLASTOSIS.- Degeneraciones tumorales (neoplasias (4.1)) del sistema hematopoyético, por ejemplo: eritroleucemias, leucemias (4) y, más ampliamente, también los linfomas malignos, linfoma de HODGKIN, linfomas no hodgkinianos y los plasmocitomas (23).

 

(14) LISIS.- Disolución de células (bacterias, glóbulos de la sangre (hemólisis)) después de la destrucción de la membrana celular por la lisina (14.1).

 

(14.1) LISINA.- Toxina microbiana o enzima con capacidad de lisar elementos celulares total o parcialmente; sucede en la hemolisina, capacitada para la lisis de los eritrocitos de distintas especies animales, así como para degradar la oxihemoglobina (14.1.1) (enverdecimiento).

 

(14.1.1) OXIHEMOGLOBINA.- Producto de la combinación de la hemoglobina con el oxígeno. Forman un complejo muy débil que se disocia fácilmente cuando hay una concentración baja de oxígeno.

 

(15) NUCLEÓSIDO.- Elemento constituyente del nucleótido (1.1.2), compuesto por pentosa (24) y base nucleica (mononucleótido sin el resto de ácido fosfórico), como son la adenosina, guanosina, uridina, histidina y timidina. Se forman por hidrólisis alcalina del nucleótido (1.1.2). Enzimas que intervienen: nucleosidasa (divide el nucleósido en base nucléica y pentosa), nucleosidodesoxirribosiltransferasa (intercambia bases nucleicas), nucleosidodifosfatasa (separa ácido fosfórico de nucleosidodifosfatos), nucleosidodifosfatocinasa y nucleosidomonofosfatocinasa (forman como transferasas trifosfatos o difosfatos), y nucleosidorribosiltransferasa (intercambia bases nucleicas).

(16) CAFEÍNA.- Base purínica de los granos de café (Coffea arabica), las hojas de (Camellia sinesis, entre otras), nueces de la cola (Cola nitida y C. acuminata) y las hojas del mate (Ilex paraguariensis).

Actúa estimulando la corteza cerebral y los centros respiratorio y circulatorio, dilata también los vasos y tiene acción diurética; se utiliza terapéuticamente como tónico, psicoanaléptico, diurético y en preparados combinados con antipiréticos (intensifica su acción analgésica).

En caso de intoxicación aguda (cafeinismo), se produce intranquilidad, excitación central, alteraciones psíquicas, taquicardia, tensión vesical, insomnio y en ocasiones también colapso cardíaco y circulatorio.

 

(17) TEOBROMINA.- Derivado de purina (6) en los frutos y las vainas del cacao, el té, la nuez de cola y el mate. Su efecto es levemente estimulante (menos que el de la cafeína (16)), diurético e inotropo positivo (25).

 

(18) TEOFILINA.- Broncodilatador prescrito para relajar el músculo liso de los conductos bronquiales en el tratamiento del broncospasmo del asma bronquial, en la bronquitis y en el enfisema (26).

 

(19) ADENINA.- Base purínica natural. Elemento del nucleósido adenosina (y con el de los ácidos nucleicos (1.1)) adenosinfosfato y adenosinantibióticos; se presenta también libre en plantas, secreciones, excreciones).

Se degrada a hipoxantina (9) y amoníaco por medio de la adenindesaminasa.

 

(20) INOSINA (HIPOXANTOSINA).- Nucleósido de purina (6); producto intermédio del metabolismo de las purinas.

 

(21) SULFAMIDAS.- Cualquiera de las substancias químicas derivadas de la sulfonamida (21.1), que por su acción bacteriostática se emplea en el tratamiento de enfermedades infecciosas.

 

(21.1) SULFONAMIDA.- Substancia en cuya composición entra el azufre, el oxígeno y el nitrógeno y que forma el núcleo de la molécula de sulfamidas.

 

(22) ANHIDRASA CARBÓNICA.- Enzima que contiene cinc; acelera la instauración del equilibrio entre H2CO3 y CO2, la reacción se inhibe por medio de inhibidores de la anhidrasa carbónica, utilizados como diuréticos y antiepilépticos. Participa en el transporte de dióxido de carbono por la sangre (eritrocitos), en la secreción de ácido clorhídrico por el estómago, y permite la liberación de iones hidrógeno por parte de las células de los túbulos renales en intercambio con los iones sodio presentes en el ultrafiltrado (la inhibición medicamentosa del proceso tiene como consecuencia una mayor eliminación de Na, K, HCO3 y agua, y una retención de los iones amonio).

 

(23) PLASMOCITOMA.- El término se refiere al mieloma (23.1) o discrasia sanguínea de células plasmáticas.

Discrasia: composición alterada de los humores corporales//. Composición alterada de la sangre.

 

(23.1) MIELOMA.- Tumor maligno de células plasmáticas, que se desarrolla en la medula ósea hematopoyética. En sentido estricto, referido al plasmocitoma o mieloma múltiple.

 

(24) PENTOSAS.- Monosacáridos que poseen 5 átomos de carbono. Entre otros, se incluyen la ribosa y la desoxirribosa.

 

(25) INOTRÓPICO.- Que tiene efecto sobre la contractilidad del miocardio; las sustancias inotrópicas negativas que disminuyen con la contractilidad son los bloqueadores de los receptores b, los barbitúricos, la morfina, etc., mientras que las que actúan de forma inotrópica positiva determinan estimulación del simpático, con simulación de la actividad simpaticomimética: digital, glucagón, insulina y hormona tiroidea.

 

(26) ENFISEMA.- Tumefacción producida por aire o gas en el tejido pulmonar, en el celular o en la piel.

 

PRINCIPALES DISFUNCIONES QUE SE PRESENTAN POR UN EXCESO DE ÁCIDO ÚRICO

GOTA.- Definición: La gota, denominada también artritis úrica, es una enfermedad constituyente no ya en una alteración del metabolismo de los ácidos nucleicos (1.1) (que constituyen un grupo de proteínas denominadas nucleoproteínas (1)), sino en un destino anormal del ácido úrico, que representa el último producto de escisión catabólica en el organismo de los mencionados ácidos nucleicos (1.1). Es una enfermedad constitucional y de ordinario hereditaria, que se exterioriza en el plano clínico:

 

· Como gota aguda (artritis úrica aguda), caracterizada por la aparición de más o menos frecuentes accesos gotosos agudos consistentes en crisis artríticas dolorosas a nivel de una o varias articulaciones.

 

· Como gota crónica (artritis úrica crónica), caracterizada por el depósito de los denominados tofos (pequeñas masas en forma de concreciones de ácido úrico precipitado del líquido sanguíneo) en los tejidos articulares y periarticulares, y por la deformación de las articulaciones afectadas, con el consiguiente impedimento funcional más o menos notable.

 

La gota, definida de este modo, no estaría - con rigor terminológico - comprendida entre las enfermedades del metabolismo orgánico (diabetes, obesidad, etc.), en cuanto no existe en el organismo gotoso una desviación o una detención en productos intermedios del normal proceso de desintegración de los ácidos nucleicos, sino sólo - como se ha indicado - un destino anormal del ácido úrico que se había formado normalmente, como último producto del citado proceso desintegrante. Y si se continúa, a pesar de ello, incluyendo la gota entre las enfermedades del metabolismo, esto es debido al hecho de que no es fácil asignarle su lugar exacto en la clasificación patogenética de las diversas afecciones, mientras no se aclare completamente el verdadero origen de la enfermedad.

 

Etiología: Como ya hemos dicho, la gota es una enfermedad constitucional y generalmente hereditaria; por lo tanto, los factores causales verdaderamente esenciales de la afección gotosa habrán de buscarse en la constitución individual y en la herencia.

 

El factor constitución ha de entenderse como una tendencia, una predisposición congénita del individuo a enfermar de gota; como tipo morfológico constitucional, el individuo predestinado a padecer gota suele ser un macrosplácnico, es decir, bajo, robusto y, con frecuencia, también pletórico (gotoso rojo); no obstante, existe el individuo gotoso microsplácnico, es decir, delgado, longuilíneo y a menudo también anémico (gotoso pálido). El factor hereditario interviene:

 

- en la mayoría de los casos: como herencia genérica de predisposición para afecciones del metabolismo (gota, diabetes, obesidad, etc.), en el sentido de que los individuos gotosos pueden descender de padres no necesariamente gotosos, sino afectados de diabetes u obesidad ya que estas tres afecciones se hallan notablemente interrelacionadas.

 

En un cierto número de casos como herencia específica gotógena, en el sentido de que los individuos gotosos derivan de un tronco familiar que, en las precedentes generaciones, ha presentado numerosos casos de gota y no de otras enfermedades del metabolismo; esta heredabilidad específica fotogenia suele transmitirse de una generación a otra, a través de la rama masculina.

 

Por otro lado, no sólo se debe admitir una herencia gotógena de familia, sino también de raza, como se ha comprobado por el hecho de que - a igualdad de todos los factores gotógenos exógenos (externos) - ciertos pueblos están muy sujetos, y otros menos, a la afección gotosa.

 

Sobre esta base indispensable y determinante de naturaleza endógena (interna) constitucional-hereditaria inciden seguidamente, en los distintos individuos que se volverán luego gotosos, numerosos factores gotógenos adquiridos del exterior y por eso denominados exógenos: el exceso de carne en la alimentación cotidiana, el abuso de alcohol y la vida sedentaria, el brusco paso de una vida activa y movida al aire libre a una vida rutinaria y demasiado cómoda, los excesivos desgastes físicos, la humedad y el frío, la constitución pletórica, etc. Entre estos factores tiene indudablemente mayor importancia el exceso de proteínas animales en la alimentación.

 

No obstante, la importancia gotógena de los citados factores externos es - en la mayoría de los casos - más bien modesta frente a la de los factores internos de constitución y herencia, como lo demuestra el hecho que:

 

- mientras existen numerosos individuos que, a pesar de que están expuestos a factores externos semejantes, no se vuelven de ningún modo gotosos porque su terreno biológico constitucional-hereditario no es de ningún modo gotógeno;

 

- existen también otros que, a pesar de que no están sometidos a ninguno de los citados factores externos, se vuelven - a una cierta edad - igualmente gotosos porque es gotógena su constitución.

 

De los dos sexos, el masculino se afecta mucho más (8 a 10 veces más); de las diversas edades, la comprendida entre los 35 - 50 años es la que presenta más a menudo los primeros síntomas de la enfermedad.

 

Patogenia: La gota está ligada a un anormal depósito de ácido úrico en los tejidos; la patogenia es clara y evidente en todos aquellos casos en que existe un aumento de la destrucción celular y, por tanto, una mayor liberación de nucleoproteínas (1); o bien, en las alteraciones renales que, al obstaculizar la eliminación del ácido úrico, facilitan su retención. En estos casos se puede hablar de gota secundaria o sintomática, y se explica fácilmente el motivo de la acumulación de ácido úrico. En cambio, la patogenia de la gota primitiva es aún oscura e incierta. Las principales teorías enunciadas son:

 

1.- La existencia en el gotoso de un aumento de la síntesis de las purinas (6) y por tanto de su catabolito el ácido úrico;

 

2.- La anormal acumulación de ácido úrico en los tejidos se debe a una eliminación urinaria insuficiente de esta sustancia por alteraciones renales. A favor de esta teoría está el aumento del ácido úrico en la sangre y su disminución en la orina, típica de muchos gotosos;

 

3.- Algunos autores han buscado la causa de la hiperuricemia (2) en la deficiencia de un factor uricolítico: pero también las más recientes investigaciones han conducido a excluir en el organismo humano la presencia de una sustancia capaz de escindir el ácido úrico;

 

4.- Otros autores han pensado en la posibilidad de que los depósitos de ácido úrico se formen por una anormal afinidad de los tejidos con éste. Pero esto no hace más que desplazar el problema de la sangre a los tejidos sin proporcionar ninguna explicación sobre la uricemia (nivel de ácido úrico en sangre) que casi constantemente se encuentra elevada de modo anormal en los gotosos.

 

En conclusión, puede decirse que la enfermedad es debida al anormal depósito de ácido úrico en los tejidos por la concurrencia de factores humorales metabólicos e hísticos bajo la influencia de factores predisponentes y hereditarios. Sobre la patogenia de la gota puede tener también influencia una alteración del metabolismo lipídico: en efecto, en sujetos normales, como consecuencia de la administración de una dieta bastante rica en grasas, se establece una hiperuricemia (2), que sería atribuible al estado de acidosis determinado por la dieta. Por otro lado, el ataque gotoso agudo se originaría de la reacción inflamatoria producida por la precipitación de ácido úrico en los tejidos o en los líquidos sinoviales.

Sintomatología: La gota aguda es típicamente a accesos (*), en el sentido de que consiste en accesos gotosos agudos más o menos frecuentes y aproximados entre sí con intervalos de períodos de completo bienestar.

 

El acceso gotoso agudo aparece por lo general en las horas nocturnas o a primeras horas de la mañana, de ordinario de modo brusco y repentino, en pleno bienestar, pero a veces también tras leves síntomas premonitorios (malestar general indefinido, sensación de fatiga, transtornos digestivos, ligera reacción febril, leves dolores punzantes en la articulación donde se localiza el acceso (*) ).

 

Como causa desencadenante del ataque a menudo se encontrará un enfriamiento, un abuso dietético o alcohólico, un traumatismo local de las articulaciones, un desgaste físico, un fuerte susto u otra emoción intensa.

 

Con la presencia, o sin ella, de una causa desencadenante y de síntomas premonitorios, el acceso (*) gotoso aparece de modo brusco en toda su violencia casi siempre a nivel de la articulación metatarso-falange del dedo gordo de un pie, donde repentinamente se localiza un dolor lacerante tan violento y agudo que hace insoportable incluso el contacto con la sábana sobre la parte dolorida que rápidamente se hincha y enrojece, por lo que la piel situada por encima aparece hinchada, tensa, brillante, roja, caliente, con venas turgentes (**).

 

El violento dolor local - casi siempre acompañado de fiebre (38 - 39 º C.), a menudo también de cefalea, falta de apetito, náuseas, agitación neuropsíquica, etc. - dura de ordinario pocas horas, para luego atenuarse lentamente y cesar del todo dejando un ligero dolor.

 

No obstante, a la noche siguiente el acceso (*) se repite con igual violencia y con análoga sintomatología, repetición que se produce también durante las siguientes noches, hasta el máximo de una semana o poco más. Una vez superado el acceso (*), el paciente siente inmediatamente pleno bienestar, mientras que la región articular atacada por el acceso (*) rápidamente se deshincha y vuelve al color normal; puede sólo quedar, durante algunos días, un leve dolor exacerbado (***) por las presiones, por lo que el paciente prefiere no calzar los zapatos.

 

A este primer acceso (*) gotoso en la articulación metatarso-falange, del dedo gordo de un pie (denominada podagra), de ordinario suceden otros a intervalos muy variables de tiempo (semanas, meses, incluso años) y en el mismo dedo gordo o en otra articulación (de la rodilla, gonagra; del hombro, omagra; de los dedos de las manos, quiragra; del codo, de la columna vertebral, etc.).

 

Es característico el comportamiento del ácido úrico en la sangre (uricemia) y en la orina (uricosuria) antes, durante e inmediatamente después del acceso (*) y aumenta aún más rápidamente durante las horas del acceso, para luego disminuir con el declinar del mismo e inmediatamente después de su resolución; por el contrario, la cantidad de ácido úrico en la orina disminuye sensiblemente en las horas inmediatamente precedentes al acceso y durante la fase inicial de éste, para luego volverse abundante hacia la fase terminal del acceso o inmediatamente después de su resolución. La orina se hace escasa y oscura al principio y durante el curso del acceso, para luego volverse abundante al final del mismo.

 

La gota crónica (o artritis gotosa) se establece después de repetidos y frecuentes accesos gotosos agudos; no obstante, puede también aparecer con los caracteres de la cronicidad desde el principio, es decir, sin antecedentes de accesos agudos. Esta se caracteriza por dos síntomas fundamentales:

(*) Acceso: perturbación que sobreviene bruscamente y cesa con rapidez.

(**) Turgente: Afectado, abultado, elevado.

(***) Exacerbación: Nuevo empeoramiento de una enfermedad o incremento súbito en la gravedad de la sintomatología.

1.- La aparición de los tofos (3.1), consistentes en pequeñas masas a base de concentraciones de ácido úrico precipitado de la sangre, que se engruesan lentamente, hasta alcanzar las dimensiones de una nuez e incluso de un huevo. Se forman en las proximidades de las articulaciones (especialmente de las manos), a lo largo del curso de los ligamentos periarticulares y de los tendones musculares, en las cabezas óseas, las bolsas serosas, esqueleto cartilaginoso del pabellón auricular, etc. Dolorosas y blandas al principio, estas concreciones se vuelven seguidamente indoloras o casi y de dureza casi pétrea, como consecuencia de calcificación. En cierto punto pueden incluso entrar en regresión y desaparecer; no obstante, de ordinario crecen lentamente de volumen apareciendo como nudosidades blancoamarillentas a través de la piel situada por encima, cada vez más distendida y adelgazada, piel que por encima de los tofos (pasta formada por cristalillos de ácido úrico, de sodio, de calcio, de colesterol, así como de detritos celulares). Los tofos abiertos y vaciados de este modo pueden fácilmente infectarse y supurar;

 

2.- La deformación progresiva de las articulaciones, como consecuencia tanto de la aparición de los tofos como, principalmente, de las alteraciones anatómicas producidas en los distintos elementos constitutivos de la articulación (desviación de las cabezas óseas articulares que pueden incluso experimentar subluxaciones, engrosamiento y retracción de la membrana sinovial que ha experimentado reiteradas inflamaciones, etc.). Estas deformaciones articulares pueden alcanzar grados impresionantes, hasta el extremo de conferir un aspecto desagradable a las partes atacadas (dedos de las manos y de los pies nudosos, retorcidos, entumecidos, etc.). Es evidente que unas articulaciones de este modo deformes se vuelven cada vez más sueltas y libres en sus movimientos, durante los cuales producen ruidos y crujidos muy intensos; no es infrecuente en los casos más graves la pérdida completa de la movilidad de la articulación (anquilosis).

 

Por otro lado, el individuo afectado de gota crónica, se halla fácilmente sujeto a manifestaciones patológicas cutáneas (prurito vivo e insistente, eccemas, fragilidad y fácil fisurabilidad de las uñas); dentarias (caries, piorrea alveolar), oculares (conjuntivitis crónicas, escleritis, queratitis); nasales (catarros crónicos); neurálgicas (ciática, neuralgias intercostales, neuralgia facial); nervios cerebrales (cefalea a menudo de tipo de hemicrania, insomnio, etc.); psíquicas (fácil irritabilidad, crisis de melancolia, etc.).

 

Se denomina gota visceral un conjunto de numerosos y variadísimos transtornos a nivel de los órganos internos de la esfera digestiva (gastritis crónicas, enteritis crónicas con accesos de diarrea, aumento del volumen del hígado, colecistitis a veces de naturaleza calculosa, etc.); del aparato respiratorio (bronquitis con recaídas); de los riñones (fácil aparición de nefritis).

 

Terapéutica: El tratamiento del acceso gotoso agudo consiste en el reposo absoluto en la cama, y la administración de colquicina bajo estrecha vigilancia médica; en ocasiones, poco frecuentes, se hace necesaria la utilización de otros medicamentos (analgésicos y antiinflamatorios).

 

La alimentación será ligera y exclusivamente a base de leche, fruta, verduras, menestras (preferentemente de caldo vegetal).

 

En la gota aguda, dejando aparte las crisis de accesos, y en la gota crónica, en el tratamiento medicamentoso se utilizan órdenes de sustancias farmacológicas: los uricosúricos (10), o sea aquellos fármacos que aceleran la excreción urinaria del ácido úrico (lo que no siempre está exento de riesgos, particularmente la calculosis renal); el probenecid (*) constituye el más representativo de los uricosúricos (10); el segundo orden de sustancias farmacológicas utilizadas en la gota son los bloqueantes de la síntesis de ácido úrico, de una extraordinaria utilidad en la gota; el más importante de ellos es el alopurinol (**).

 

(*) Probenecid: ácido p-(dipropilsulfanil)-benzoico, uricosúrico (10) que actúa mediante la inhibición de la reabsorción tubular del ácido úrico.

 

(**) Alopuriol: Isómero de la hipoxantina ((9), derivado de la pirazolopirimidina; se utiliza como inhibidor de la xantinoxidasa (7) en el tratamiento de la gota.

En la gota son de gran importancia las medidas dietéticas, que persiguen un doble objetivo:

 

- reducir la cantidad de los alimentos (de ordinario los gotosos son buenos comedores), de modo que se deben ingerir solamente de 25 a 30 calorías por cada Kilogramo de peso corporal del paciente (por eso, para un hombre de peso medio de 70 Kg, la dieta que se considera más adecuada es la que proporciona unas 2.000 calorías por día).

 

- vigilar la calidad de los alimentos, de modo que se eviten los alimentos ricos en nucleoproteínas (1) y por tanto productores de ácido úrico en nuestro organismo (cerebro, hígado, riñones, corazón, lengua y otras vísceras de cualquier animal, salchichas, embutidos, salazones, arenques, sardinas, anchoas, boquerones, truchas, tanto frescos como en conserva; carnes de caza, setas; lentejas, guisantes, judías).

 

Teniendo en cuenta estas exclusiones, las 2.000 calorías que aproximadamente se necesitan cada día serán proporcionadas especialmente con alimentos ricos en glúcidos (pan, pasta, arroz, patatas, etc.); en cambio, serán limitadas las grasas (mantequilla, aceite, manteca de cerdo, carnes grasas como la de oca y de cerdo, pescados grasos como la anguila) y las proteínas (carnes magras - preferiblemente hervidas, porque con la cocción buena parte de las nucleoproteínas pasan al caldo -, pescado blanco, huevos, quesos no picantes, productos lácteos frescos, etc.). La leche, las verduras y la fruta se tomarán sin limitación; la preparación de las comidas no deberá ser demasiado condimentada, sabrosa o aderezada. 

Prohibición absoluta de licores y concesión limitada de vinos ligeros, café, té, etc.

Además de este tratamiento dietético, se recomendará al paciente llevar una vida higiénica: evitar la excesiva fatiga intelectual y material y la vida demasiado sedentaria, vivir al aire libre o por lo menos efectuar frecuentes paseos y realizar actividades deportivas. 

Es aconsejable el uso de aguas minerales diuréticas, alcalinizantes y sulfatosódicas 

Contra las artritis deformantes de la gota crónica ayudan los baños saladoyódicos, los fangos, las curas físicas artificiales (rayos ultravioletas, ondas cortas, baño de luz, etc.).

------- ------- -------

Datos históricos y origen de la palabra “gota”: La enfermedad fue conocida desde tiempos antiguos, puesto que Hipócrates (en sus célebres aforismos), Galeno, Areteo de Capadocia, Celio, Aureliano y otros médicos de la antigüedad hacen mención de ella; no obstante, es preciso llegar al siglo XVII para tener, gracias a Sydenham, una precisa y circunstancial descripción clínica de la afección (descripción que le resultó bastante fácil, ya que también él sufría de gota). En cuanto a la palabra “gota”, ésta hace la primera aparición en documentos históricos de la segunda mitad del siglo XIII y parece que deriva de la palabra latina gutta (gota), en relación con las creencias patogenéticas de los médicos árabes y cristianos de aquella época, que atribuían el origen de la afección a una filtración “gota a gota” de malsanos humores sanguíneos al interior de las articulaciones, donde luego precipitarían tras haber inflamado los tejidos articulares.

 

A finales del siglo XVIII, algunos especialistas sospecharon que la enfermedad puede ser derivada de una alteración del metabolismo del ácido úrico, sospecha comprobada en 1.848 por Garrod, que demostró el aumento de uricemia en los enfermos afectados de gota. En los tiempos modernos, una más atenta valoración de los factores que favorecen la aparición de la enfermedad ha permitido profundizar notablemente la etiología de la afección, ampliando de este modo el cuadro de nuestros conocimientos.

------- ------- -------

TRATAMIENTO DE LA GOTA EN MEDICINA NATURAL

GEOTERAPIA.- El tratamiento con la arcilla, será una cura interna vía oral, de agua de arcilla blanca (sin arena) con zumo de limón y cloruro de magnesio:

 

DURANTE 10 DIAS: Comenzar con una cucharadita de las de café “moka” al día de arcilla blanca, con el zumo de medio limón y una cucharadita de las de “moka” de cloruro de magnesio, e ir incrementando la dosis progresivamente de arcilla blanca, observando las evacuaciones y las reacciones, el aumento de la dosis tiene que ser perfectamente soportada, hasta llegar a la dosis máxima de tres cucharaditas de las de café “moka” al día, pero sólo de arcilla, la dosis de limón y cloruro de magnesio será siempre la misma.

 

PREPARACIÓN: Se preparará siempre por la noche antes de acostarse. En un vaso de agua (que no sea del grifo), se disolverá 1 cucharadita de las de café “moka” de arcilla blanca con el zumo de medio limón y una cucharadita de las de café “moka” de cloruro de magnesio y se dejará reposar toda la noche. A la mañana siguiente beber el agua del vaso sin removerlo ni agitarlo, procurando que la arcilla quede en el fondo del vaso. Observar durante el día las evacuaciones. Al día siguiente repetir la operación con dos cucharaditas de las de café “moka” de arcilla blanca. Observar la reacción. Al tercer día repetir la operación con tres cucharaditas de café “moka” de arcilla blanca. Observar la reacción. Si a partir del tercer día las evacuaciones son normales repetirlo cada día hasta el día que haga 10. Las dosis que se incrementaran siempre serán las de arcilla blanca, nunca las de limón y cloruro de magnesio.

 

Durante la crisis, tomar baños de pies de agua arcillosa incorporándole una decocción de 200 gr. de flores de heno en un litro de agua y otra decocción de 200 gr. de paja de avena igualmente en un litro de agua. Baño de pies muy caliente a 42 º C. durante 15 o 30 minutos.

 

Aplicaciones diarias, o días alternos de cataplasmas frías y espesas de arcilla verde sobre las partes afectadas. Para aumentar la eficacia del tratamiento, se podrá aplicar una cataplasma caliente de flores de heno seguida inmediatamente de la cataplasma fría de arcilla verde. Dos veces por semana medio baño o baño completo con agua de arcilla y flores de heno. Incorporar 2 Kg. de arcilla, a una temperatura de 38 º C., durante 10 minutos. Los días sin baño, chorro de agua fría en las piernas y en los brazos.

 

HIDROTERAPIA.- Con el fin de estimular el metabolismo y activar la circulación sanguínea de las articulaciones, es aconsejable efectuar el lavado hidroterápico total del cuerpo por las mañanas. Baños de pies de temperatura alternante o chorros fríos (rodillas, brazos, etc.), son también de gran utilidad, junto con procedimientos sudoríficos tanto en forma de saunas como ejercicio físico moderado.

 

FITOTERAPIA.- A parte de las infusiones con plantas medicinales, es necesaria una dieta estricta, a base de zumos, fruta y un severo tratamiento de alimentos vegetales crudos, entre los cuales debe ocupar el primer lugar el ajo, la cebolla, el puerro, el apio, perejil, zanahoria, levadura de cerveza, miel y limón.

 

Si queremos erradicar de forma duradera la gota, es imprescindible adoptar una dieta eminentemente vegetariana. Además de evitar el consumo de café, té, bebidas alcohólicas, bebidas a base de colas y bebidas carbónicas.

 

Una tisana particularmente eficaz es la siguiente: 20 gr. de cada de raíces de zarzaparrilla, raíces de saponaria y hojas de gatuña, y 15 gr. de cada de corteza de agracejo, raíces de betónica, raíces de hinojo y raíces de brusco. En un litro de agua hirviendo poner dos cucharadas colmadas de la mezcla y dejar hervir durante 10 minutos. Retirar del fuego y dejar en infusión un cuarto de hora. Endulzar con miel, tomar una taza por la mañana en ayunas y el resto lejos de las comidas.

 

-- También es aconsejable esta otra tisana: Partes iguales de ortiga verde, agracejo, hojas de abedul, cola de caballo, reina de los prados, estigma de maíz y ginkgo biloba. Cucharada sopera de la mezcla por taza de infusión. Beber abundantemente durante la crisis de gota.

 

CURA DE LIMÓN.- Además de someterse a una dieta vegetariana estricta, como hemos dicho, y hasta que desaparezca la dolencia, será necesario tomar abundantes zumos de frutas y verduras durante el día, además, por las mañanas en ayunas tomar un gran vaso de zumo de limón, para poder eliminar del organismo las toxinas depositadas en exceso por la proteína animal, ya que es precursora de la formación de ácido úrico en el organismo.

 

REFLEXOTERAPIA.- Masajear: primero en plexo solar, para relajar a la persona con dolencia de gota, luego, y por este orden, zonas de: suprarrenales, riñones, uréteres, vejiga, tiroides y la de la articulación correspondiente.

 

OLIGOTERAPIA.- Como coadyuvante de los mencionados tratamientos, podemos tomar, una ampolla de Germanio (Ge) por la mañana antes de la tisana, el germanio está indicado en reumatismos, y por la noche antes de acostarse tomar una ampolla de Cobre (Cu), ya que este oligoelemento tiene una función antiinflamatoria y antiinfecciosa por excelencia, además de estimular las funciones de autodefensa del organismo.

 

TERAPIA MINERAL.- Sales bioquímicas del Dr. Schüssler: (1) Ferrum phosphoricum, durante el ataque de gota con fiebre, 1 comprimido cada ¼ de hora. En ataques de gota sín fiebre (2) Natrium phosphoricum, 1 comprimido cada ¼ de hora. Después de la crisis: (3) Silícea, 1 comprimido 3 veces al día, o,(4) Calcium phosphorucum, 1 comprimido 3 veces al día.

En tofos (3.1): Silícea o (5) Calcium floratum, 1 capsula 3 veces al día.

Información de las biosales:

(1). Ferrum phosphoricum: Fosfato de hierro, FePO4 x 4 H2O. La importancia del hierro en el organismo es esencial; nadie duda ya del papel vital que desempeña en el organismo. El hierro no sólo es un componente imprescindible de la hemoglobina sino que se encuentra en todas las células, interviene en múltiples procesos enzimáticos y ejerce funciones importantes en los mecanismos de defensa frente a las infecciones.
En la infancia es necesario para un crecimiento normal. Por la misma razón es imprescindible también durante la menstruación y en la gestación y el período de lactancia.

(2). Natrium phosphoricum: Fosfato sódico, monohidrogenofosfato sódico Na2HPO4 x 12 H2O. Está muy extendido por todo el organismo: en células nerviosas y nervios, en los músculos, en los hematíes y el tejido conectivo. Mantiene el ácido úrico en solución para su eliminación a través del riñon.

Natrium phosphoricum es importante para la eliminación de los productos metabólicos. También desempeña una función esencial en el intercambio de ácido carbónico (efecto tampón) y en el metabolismo del ácido láctico que el organismo produce a partir del glucógeno con el trabajo muscular.

(3). Silícea: Acidum silicicum, ácido silícico o anhídrido de ácido silícico, cuarzo, arena, SiO2 x H2O. Es imprescindible en el organismo (esencial) como componente del tejido conectivo. Silícea es importante para la constitución de piel y mucosas y para el crecimiento de uñas, cabello y huesos. Silícea aumenta la capacidad de resistencia y la resistencia mecánica de los tejidos. Los pulmones, los ganglios linfáticos y las glándulas suprarrenales contienen cantidades importantes de silícea.

El silício, como componente principal de silícea, es después del oxígeno el segundo elemento más frecuente en la corteza terrestre. Silícea está relacionado de forma especial con el metabolismo calcáreo. El ácido silícico interviene junto a otras sustancias en la asimilación del calcio contenido en los alimentos. Activa la formación de los colágenos (compuestos proteínicos estructurales) y estimula la actividad de los fagocitos, tan importantes para la defensa del organismo frente a las infecciones.

(4). Calcium phosphoricum: Fosfato cálcico, bifosfato cálcico, CaHPO4 x 2 H2O, es la sal más abundante en el organismo humano.

Es el agente bioquímico responsable de la construcción y el fortalecimiento de todas las estructuras del organismo; fundamentalmente configura la masa ósea dura, aunque está; presente en todas las células. Calcuim phosphorucum actúa sobre las membranas celulares limitantes e interviene en la síntesis proteínica.

(5) Calcium floratum: Fluoruro cálcico, espatofluor, CaF2,, se encuentra en el esmalte dental, en los huesos y en las células de la epidermis, sobre todo donde exista tejido elástico. El agente descarga el aparato circulatorio y favorece los pequeños vasos sanguíneos. Además estimula la reabsorción de las induraciones vasculares.

Joan Sisa para ecoaldea,com

Ver más información de este cd rom

Esta información ha sido extraída del cd rom Prevenir y Curar Enfermedades y Dolencias

Información de este CD ROM

     

Carlos Pla Descarrega para ecoaldea.com


ÍNDICE DE ENFERMEDADES

Joan Sisa y Carles Plá para Ecoaldea - Todos los derechos reservados - Ecoaldea.com  - Desde 1996 en Internet